Astrid Mojiba y Wilmer Leal pasean por la urbanización Corvera Country Golf. Guillermo Carrión/ AGM

Bienvenidos a 'Corvenezuela', la pedanía de Murcia que revive con acento caribeño

Cientos de venezolanos se han asentado en Corvera en los últimos años atraídos por las oportunidades laborales e inmobiliarias

Lunes, 16 de septiembre 2024, 01:41

«Mi hija me dijo que su primer día en el cole solo había un patinete en la puerta. Y ahora hay muchos más. El aparcabicis está lleno»: esa es la imagen que Wilmer Leal utiliza para resumir cómo ha ido creciendo la comunidad venezolana ... en cuanto a número y su integración en Corvera.

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Son tantos que incluso han renombrado esta pedanía de Murcia en el grupo de Whatsapp que comparten entre ellos. Se llama 'Corvenezuela' y tiene cien miembros. Cada miembro es una familia y cada familia multiplica el número de venezolanos. «No sabría decirte cuántos somos en total, pero somos muchos», nos cuenta Wilmer. Se asentó aquí en 2021, desde su Maracai natal, con su mujer y sus tres niños pequeños. La llegada de este colectivo en los últimos años ha transformado esta pedanía de Murcia, ha ayudado a devolverle vida y también ha salvado del olvido a una urbanización casi abandonada.

«Antes había un supermercado que iba a cerrar y ahora han abierto dos», nos explica Astrid Mojiba para evidenciar el revulsivo que han supuesto en el comercio local de Corvera. Señala además el centro de salud, inaugurado no hace mucho, y la escuela, también próxima. «Es un atractivo para las familias tenerlo todo tan cerca», destaca también. En su caso ya conocía esta pedanía: durante un tiempo estuvo viniendo a su centro municipal a dar clase de español para migrantes de África y Europa del Este como voluntaria de Murcia Acoge. Ahora mantiene ese ánimo colaborando con Cepaim.

«Se corre la voz»

Fue la apertura de la planta de Amazon en Corvera en 2021 la que sirvió como revulsivo. Wilmer cuenta que la empresa del magnate Jeff Bezos trasladó aquí a un grupo de venezolanos que ya trabajaba en los centros de Madrid y Barcelona. Oportunidades inmobiliarias, vida tranquila y comodidades hicieron el resto: «Se empezó a correr la voz, como un efecto dominó», dice Wilmer.

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La apertura de la planta de Amazon atrajo a los primeros y otros siguieron sus pasos: «Es un efecto dominó»

Además del centro logístico, el Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia también ayudó a insuflar un nuevo pulso a este pueblo.

A unos kilómetros de allí, Corvera Country Golf era entonces una de tantas urbanizaciones con pretensiones paradisíacas olvidadas entre matorrales y espartos como consecuencia de la burbuja inmobiliaria. Allí es donde han ido conformando esta particular colonia: vecinos paseando, en bici o haciendo deporte, voces de niños en la piscina... Esos años de abandono quedan atrás. «Aquí hemos encontrado calidad de vida para nuestros hijos, es fabuloso cómo se han adaptado», valora Wilmer.

La urbanización también ha abierto su primera cafetería: una terraza de césped artificial donde trabaja María. Con 23 años, vive con su madre tras pasar por Madrid: «Allí todo era un corre-corre, esto es más tranquilo», nos dice esta chica.

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«Tienen que ser de aquí»

«Qué terrible es salir porque tu país no te ofrece un futuro», se lamenta Astrid sobre la situación de los jóvenes venezolanos como María. La crisis institucional en Venezuela y el enrocamiento de Maduro tras las últimas elecciones sobrevuela la conversación. «La política nos abraza, es lo primero de lo que nos habla todo el mundo», según Wilmer.

Viven con preocupación los acontecimientos, pero su realidad está en España. Y la de sus hijos pequeños, como en el caso de Wilmer, también: «En casa hablan con acento venezolano, pero salen y lo hacen con acento murciano. Bromean, pero está bien. Tienen que ser de aquí, del sitio donde están».

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Casi vacía tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, Corvera Country Golf es la urbanización donde muchos se han asentado

Según Astrid, que se trajo a España sus zapatos de flamenco para continuar con las clases que ya seguía en su país, «nos adaptamos a lo que sea de la manera más estoica posible». Se puede comprobar por los alrededores: María ha aprendido inglés de tanto atender a británicos y belgas en la terraza. Cerca de allí pasa la familia de Andrés, un gallego que emigró a Venezuela hace 40 años y que ha vuelto a España para instalarse en este residencial. Wilmer va saludando a unos y a otros. Uno de ellos, Jesús, pasea a su perro por uno de los parques: aunque lleva una camiseta de los Miami Heats, este joven intentó crear un equipo de béisbol junto a sus compatriotas. Este deporte es la gran pasión venezolana. «Aquí se podría construir un campo, con todo el espacio que tenemos», dice Wilmer.

Pero no es lo único que echan de menos. Aún no hay ningún local para poder disfrutar de su gastronomía: empanadas, arepas, cachapas... Wilmer espera que eso se pueda solucionar: «Conozco a varias personas que están buscando locales para poner algo así», explica. En unos meses la cosa puede cambiar: «Tendréis que volver».

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  1. Del 'bici-mandao' al lavadero de coches o el 'home-staging'

Jesús Zambrano enseña su lavadero en Corvera. Guillermo Carrión/ AGM

Pero no todo es Amazon para estos venezolanos afincados en Corvera a la hora de trabajar. Para buscarse la vida no les falta imaginación ni recursos.

El espíritu emprendedor de Wilmer le llevó a crear un servicio que llama 'bici-mandao': con su bici eléctrica hacía encargos de los vecinos de la urbanización cuando necesitaban ir al pueblo. Ahora trabaja en el almacén de material de construcción que hay en la pedanía. Su esposa, Kennerd, personaliza camisetas.

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Jesús Zambrano llegó desde Mérida con su mujer y sus tres hijos. Empezó a lavar coches a domicilio y ahora tiene su propio negocio: un local iluminado con fluorescentes donde sigue prestando este servicio. «También trabajamos con camiones, tractores y hasta con barcos. Tenemos clientes incluso en Alicante», cuenta. Junto a él, su hijo Neo, de 16 años, que le ayuda por las tardes, dice que le gusta la pedanía murciana «por su vida tranquila».

Astrid quiere abrirse camino como «organizadora de espacios y 'home-staging'», para ayudar a sus clientes a vender sus casas.

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