La Audiencia reabre la investigación a la madre de una de las víctimas del profesor de la extinta Escuela Taurina

El tribunal estima así parcialmente el recurso que presentó el abogado Manuel Martínez, que se encarga de la defensa de José María O. L. El auto de procesamiento de la instructora, recogía que esta mujer, en su declaración como investigada, reconoció que las relaciones sexuales de ella y su hija con el investigado fueron consentidas y cuando la menor tenía 16 años. La adolescente, sin embargo, sostuvo que el sospechoso obligó a ella y a su madre a tener relaciones con él.

El letrado del profesor señala a la mujer como presunta cooperadora necesaria de los abusos

El letrado Manuel Martínez señaló en su recurso que del testimonio de la madre se desprende una conducta indiciariamente delictiva de la madre por un presunto delito de abuso sexual en su condición de cooperadora necesaria. Argumentó, además, que si se decretaba el sobreseimiento de los cargos contra esta mujer, los cargos que se le imputan al sospechoso deberían seguir la misma suerte. La Audiencia, tras celebrar una vista recientemente para ahondar en el contenido del recurso de esta parte, sostiene que la instructora, aunque considere que la actuación de la madre «no se hace merecedora de la figura de cooperadora necesaria», debe razonarlo en un auto independiente.

La Audiencia rechaza, sin embargo, otra petición que el letrado desplegó en su recurso y que hace alusión a la investigación que la Policía Nacional estaba realizando sobre un canal de internet radicado en Irlanda y sobre el cual existían supuestamente datos de que podría estar gestionado por el sospechoso y ocultar pruebas de esos presuntos ataques sexuales. Martínez recordó que la juez instructora envió requerimientos a los responsables de Google Irlanda para que informasen sobre quién se encontraba detrás del mismo y exigió que no se cerrase la investigación hasta que ese trámite concluya.

La Sala desestima esta petición recordando que el auto de procesamiento «lejos de ser una finalización de la instrucción significa más propiamente un comienzo de la misma» e insta al letrado a incidir en su petición conforme avanza el procedimiento.