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La Arrixaca y el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) se preparan para dar un gran salto en terapia celular. El hospital trabaja para convertirse en 2025 en uno de los pocos centros españoles capaces de producir en sus propias instalaciones células CAR-T, una ... terapia que está revolucionando el abordaje de cánceres hematológicos. La inmunoterapia con CAR-T se basa en la manipulación genética de linfocitos T del propio paciente para 'reprogramarlos', de manera que sean capaces de identificar las células cancerosas y destruirlas. A día de hoy, La Arrixaca envía los linfocitos extraídos al paciente a laboratorios farmacéuticos o a otros hospitales -el Clínic de Barcelona y el Universitario de Navarra- para la fabricación de estos CAR-T, que tienen la condición de medicamento. Una vez preparado, el fármaco se devuelve a La Arrixaca para ser infundido al enfermo.
La participación en un ensayo liderado por el Clínic de Barcelona va a permitir que el hospital murciano pase a producir uno de estos tratamientos CAR-T, específicamente dirigido a pacientes con linfoma. El proceso se llevará a cabo en la conocida como 'sala blanca' del hospital, una zona de laboratorios de terapia celular que se está ampliando precisamente para la instalación de los equipos necesarios. Una vez estén listas las instalaciones, la Agencia Española del Medicamento tendrá que autorizar su uso.
Al frente de la fabricación de estos tratamientos estará la doctora Ana María García. Está previsto que en el ensayo participen unos 30 pacientes de la Región.
Miguel Blanquer, responsable del laboratorio de Terapia Celular y Tisular de La Arrixaca e investigador del IMIB, destaca que «muy pocos centros en España producen en estos momentos CAR-T». El paso que se dispone a dar la sanidad murciana es importante porque implica sumarse a una exitosa estrategia liderada por el Clínic de Barcelona: la producción en el propio Sistema Nacional de Salud de los denominados CAR-T académicos, mucho más baratos, pero igual de eficaces, que los CAR-T que comercializa la industria farmacéutica. Mientras en el primer caso el tratamiento puede rondar los 90.000 euros por paciente, los CAR-T comerciales pueden superar los 300.000. Pero no solo hay ahorro económico. La investigación liderada desde lo público está avanzando rápidamente y abriendo nuevas y esperanzadoras vías al tratamiento de linfomas o mieloma múltiple.
La implicación de La Arrixaca y el IMIB en los CAR-T académicos que lidera el Clínic fue una apuesta del exjefe de Hematología del hospital, José María Moraleda, quien coordina la Red de Terapias Avanzadas del Instituto de Salud Carlos III.
Fue en 2020 cuando se llevó a cabo el primer tratamiento con células CAR-T en La Arrixaca. Lo recibió, en el marco de un ensayo coordinado por el Clínic, un paciente con mieloma múltiple. Desde entonces se ha aplicado el tratamiento a otros 43 pacientes de mieloma.
En 2022, tanto La Arrixaca como el Morales Meseguer fueron acreditados por el Ministerio de Sanidad como centros de referencia en terapias avanzadas CAR-T. Esto permitió a ambos hospitales empezar a suministrar a sus pacientes los tratamientos comercializados hasta el momento, que estaban indicados para el linfoma B de células grandes, linfoma de células de manto, mieloma múltiple y leucemia linfoblástica aguda, tanto en adultos como en niños.
A día de hoy hay ya unos 70 pacientes tratados con CAR-T en La Arrixaca. A los 44 casos de mieloma múltiple se suman 18 pacientes de linfoma no hodgkin de células B y otros 6 de leucemia aguda linfoblástica. Los resultados son esperanzadores, aunque «es pronto» para poder disponer de datos robustos en Murcia, explica Miguel Blanquer. Algunos pacientes han recaído, pero otros permanecen libres del cáncer. Al principio, los CAR-T se planteaban como opciones compasivas, dirigidas a enfermos en los que habían fracasado las distintas terapias disponibles. Pero esto ha ido cambiando conforme se ha ido comprobando su eficacia. Algunos CAR-T comercializados «se usan ya como segunda línea terapéutica», subraya Blanquer.
El nuevo ensayo en que se ha embarcado La Arrixaca, el ARI0003, estará dirigido a pacientes con linfoma «que o bien han recaído tras una terapia CAR-T anterior o no han podido hasta ahora beneficiarse de estos tratamientos porque no había ninguno indicado para ellos». Por ejemplo, pacientes con linfoma de Burkitt, un cáncer especialmente agresivo.
La principal novedad de las células CAR-T del ARI0003 es que son capaces de reconocer no una sino dos dianas distintas en las células tumorales, «lo que permite atacar también a las células más inmaduras del tumor. Todo esto aumenta sus posibilidades de éxito y reduce las probabilidades de que el cáncer regrese».
La terapia CAR-T (receptor de antígeno quimérico de células T) se basa en la manipulación genética de las células del propio sistema inmunitario del paciente para que puedan atacar al tumor de manera más efectiva. El primer paso es la extracción de los linfocitos T del paciente para su cultivo. Después, se les añade un vector viral que es el que va a permitir la introducción del material genético necesario para que estos linfocitos expresen en su superficie unas proteínas llamadas receptores, que serán capaces de reconocer otras proteínas de las células tumorales: los antígenos. Todo este proceso de manipulación genética se realizará en La Arrixaca en un equipo automatizado que se instalará en la 'sala blanca', explica Ana María García, que liderará el proyecto. Las condiciones de seguridad y calidad serán estrictas.
Estas células CAR-T estarán dirigidas contra dos antígenos tumorales: el BCMA (B Cell Maturation Antigen) y el CD19. Ambas dianas han sido ya exploradas en dos ensayos clínicos anteriores coordinados, como este nuevo estudio, por el Clínic de Barcelona.
Se trata de un paso más en el proyecto Ari, que nació del impulso de Ariana Benedé, una adolescente a la que le diagnosticaron con 13 años leucemia linfoblástica aguda. Ella y su familia se movilizaron para fomentar la investigación y el acceso a las terapias CAR-T, una opción que en aquel momento solo estaba disponible en Estados Unidos.
Ariana falleció en 2016, pero los investigadores del Clínic quisieron mantener vivo su legado con la puesta en marcha del proyecto Ari, destinado a desarrollar tratamientos CAR-T desde la sanidad pública, accesibles para todos. El grupo de Investigación en Hematología y el Laboratorio de Terapia Celular y Tisular de La Arrixaca y el IMIB se implicaron en el proyecto ARI desde los primeros ensayos clínicos, aportando pacientes. Esto permitió aplicar por primera vez una terapia CAR-T a un paciente en Murcia en 2020. Ahora se da un paso más, con la producción en La Arrixaca del propio fármaco para el tercer ensayo ARI. Además de en el hospital murciano, el tratamiento se fabricará también en el propio Clínic de Barcelona y en el Ramón y Cajal de Madrid.
Se trata de una inmunoterapia basada en la modificación genética de células (linfocitos T) del propio paciente. Una vez extraídos y cultivados, a estos linfocitos T se les introduce, con ayuda de un vector viral, información genética para que fabriquen una molécula sintética que, situada en la superficie de la membrana celular, actuará como un receptor específico que permitirá al linfocito T adherirse a un antígeno de la célula tumoral. En definitiva, se trata de 'reprogramar' a estos linfocitos para que identifiquen las células malignas y las eliminen. De momento, los CAR-T se utilizan para el tratamiento de leucemias, linfomas B y mieloma múltiple, si bien cada vez hay más ensayos clínicos que buscan ampliar esta terapia a otros cánceres.
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