Inundaciones en Los Alcázares, en una foto de archivo. guillermo carrión / agm

La CHS aplicará 123 medidas ante el riesgo creciente de episodios de inundaciones

El plan de cuenca prioriza la lucha contra las riadas en la comarca del Mar Menor, Vega Baja y el Guadalentín

Martes, 3 de mayo 2022, 07:24

La DANA de 2019, que afectó a las Vegas Media y Baja del Segura y a la comarca del Mar Menor, marcó un punto de inflexión y puso de manifiesto la necesidad de avanzar en la mitigación de los principales daños causados por las ... inundaciones, según la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), de ahí que el nuevo Plan de Cuenca acentúe las medidas para hacer «frente de raíz» a las causas que han provocado el incremento de estos riesgos. En este sentido, ha previsto un paquete de 123 medidas con una inversión global de 876 millones de euros para los cinco próximos años.

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Las actuaciones del organismo de cuenca se enmarcan en una estrategia global, aunque se centran en las comarcas del Campo de Cartagena-Mar Menor, la Vega Baja y el Valle del Guadalentín, y tienen en cuenta las estrategias ya elaboradas tanto por la Administración General del Estado como por las comunidades autónomas implicadas, entre ellas el Plan Vega Renhace de la Generalitat Valenciana. Las medidas apuestan por actuaciones «basadas en la naturaleza» para la protección de zonas urbanas y deja las obras de infraestructura –la construcción de presas– como «última alternativa» en los casos en que se acredite que su realización resulta imprescindible para minimizar daños a las poblaciones.

Mapas de peligrosidad

De acuerdo con los mapas de riesgo y peligrosidad del Sistema Nacional de Cartografía y desde el punto de vista de los «evidentes efectos» del cambio climático, todos los estudios y escenarios planteados «prevén un aumento de la variabilidad climática y pluviométrica mediterránea, con una alteración importante de los patrones temporales y espaciales de lluvia, lo que supondrá un incremento de los episodios de inundaciones, con crecidas más frecuentes y caudales máximos más elevados», advierte el Plan de Cuenca del Segura.

Indica que el aumento del riesgo de inundaciones es también resultado de las modificaciones hidromorfológicas llevadas a cabo en los cauces fluviales, así como de los cambios de los usos del suelo como consecuencia de «procesos deficientes de desarrollo urbano y rural que, en el nuevo contexto, pueden amplificar el impacto de riadas e inundaciones».

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La DANA de 2019 marcó un punto de inflexión ante unos fenómenos que serán más recurrentes debido al cambio climático

En el diagnóstico, además de las zonas donde tradicionalmente ha existido mayor riesgo potencial de inundación, se incluyen los núcleos de población atravesados por ramblas, como Cartagena y Puerto Lumbreras, y las ramblas costeras sin infraestructuras de laminación.

En el conjunto de medidas, la CHS considera relevante la reordenación de los territorios inundables, con la recuperación de riberas y meandros, y la restauración y ampliación de los espacios fluviales. También hay que revertir el deterioro hidromorfológico de los cauces con el objetivo de lograr la «renaturalización de los ríos». Se trata de actuaciones «sinérgicas» que, además de afrontar directamente la reducción del riesgo y la peligrosidad de las inundaciones, permiten una reducción de la vulnerabilidad y una mejor adaptación al cambio climático. Junto a esto, se pretenden alcanzar los objetivos ambientales de las masas de agua y los ecosistemas asociados. En este contexto, se trata de minimizar los daños e impactos en la población, la biodiversidad y las actividades socioeconómicas, y garantizar la seguridad hídrica.

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Zonas de flujo preferente

La DANA de 2019 estuvo seguida de otros episodios de lluvias torrenciales que causaron un importante impacto en la comarca del Mar Menor, con daños en el municipio de Los Alcázares, principalmente. Este último ciclo de fuertes precipitaciones también está afectando a la laguna costera y a la zona de El Mojón. Con anterioridad a la DANA, la comarca del Guadalentín sufrió en el año 2012 el impacto de la dramática riada de San Wenceslao, que causó dos muertos y pérdidas por valor de 100 millones de euros.

En paralelo al nuevo plan de cuenca, la Confederación está revisando el mapa de zonas de flujo preferente de los municipios, que someterá a información pública. Ha salido el documento de Lorca y pronto lo hará el de Murcia. El presidente de la CHS, Mario Urrea, informó de que «se han revisado las cartografías para hacer más precisas estas zonas».

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Las modificaciones en los cauces fluviales y los cambios urbanísticos del suelo pueden amplificar los daños de las avenidas

Indicó que la tramitación puede tardar entre seis y dieciocho meses. «No hay que generar una alarma donde no la hay; lo único que pretenden los mapas de riesgo es proteger», enfatizó el mes pasado. Los municipios reclaman la actualización de las cartografías para ajustar sus planificaciones urbanísticas.

Sesenta mil posibles habitantes afectados en periodos de 10 años

Los mapas de peligrosidad y de riesgo de inundación publicados por el Sistema Nacional de Cartografía señalan los posibles impactos de tales fenómenos en la demarcación del Segura, en unos escenarios de probabilidades de diez, cien y quinientos años. En el primer caso –calificado de «alta probabilidad»–, las afecciones alcanzarían a 69 zonas de especial importancia dentro de la cuenca, que abarcarían una superficie de casi 20.000 hectáreas, principalmente de regadíos. La población afectada en un decenio sería de más de 60.000 habitantes, según dichos planes. La media aumentaría hasta los 238.000 habitantes en un plazo de retorno de cien años.

La CHS explica que dentro de la UE existe un desarrollo normativo a través de la Directiva de Inundaciones. Recuerda que las avenidas son, año tras año, el fenómeno natural que causa más daños en España, tanto en vidas humanas como en bienes y a las actividades económicas. En los últimos 20 años, han fallecido más de 300 personas en el país debido a este fenómeno. Como estimación global, los daños por inundaciones a todos los sectores económicos suponen una media anual de 800 millones de euros. «El riesgo de inundación es, de hecho, una amenaza a la seguridad nacional», apostilla.

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