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Ester Sampietro: Amor por el camión para conducir la vida
PERFIL

Ester Sampietro: Amor por el camión para conducir la vida

Portavoz de la Plataforma Nacional del Sector del Transporte. Descubrió su vocación gracias a su marido, a quien tomó el relevo al frente de la asociación

YOLANDA SALMERÓN

Lunes, 14 de noviembre 2022, 01:05

Ester Sampietro (Tarragona, 1979) tiene energía de sobra para detener un tren. Aunque ella la emplearía, a buen seguro, para poner en marcha los camiones de todos los profesionales del transporte garantizando unas condiciones laborales dignas y seguras. Y eso es lo que intenta como portavoz de la Plataforma Nacional del Sector del Transporte de mercancías por carretera en la Región de Murcia.

La palabra vocación aparece de manera continua en su discurso, como una especie de mantra sobre la que gira la vida del camionero, dando sentido a los sacrificios y multiplicando las alegrías del oficio. Una inclinación por el camión que Ester descubrió gracias a Paco, su marido, quien empezó a los veinte años a hacer rutas internacionales. Las vivencias de más de dos décadas al volante llevaron a Ester a dejar su puesto de trabajo de administrativa y formarse como transportista hace dos años. Y no descarta acabar al volante de su camión. Ni ella, ni Paco, que ya le habla como si tuviera el permiso de conducir correspondiente. Tampoco le sorprendió a su tía Conchi que cambiara de tercio, y aguarda al siguiente paso: «No espero menos de ti», le espetó.

Compañeros de ruta

Algunas de las experiencias de Paco son historia de la pareja, que suma diez años de matrimonio. Y es que Ester lo acompaña siempre que puede. En una noche de mucho frío y viento, a la altura de Alfajarín (Aragón), se rompió el calefactor del camión y permanecieron conversando hasta el amanecer con unas mantas.

Transportista de profesión desde hace dos años, no descarta acabar su vida laboral como camionera

De rituales y preparativos escasos, nada más que la puesta a punto del vehículo, y el beso de despedida en el que la mujer pide al hombre que por favor regrese, en 2016 conocieron el miedo. Ni la Virgen del Rocío que custodia los viajes desde la cabeza tractora, ni las dos almendras gemelas que una familiar regaló al camionero como símbolo de protección, impidieron que Paco sufriera un aparatoso accidente que lo alejó de su vocación durante largos meses.

Natural de Tarragona, Ester se siente una cartagenera más desde que llegara hace una década a la ciudad portuaria por trabajo y porque aquí se encuentra su familia de sangre. En la Región de Murcia también ha encontrado amigos que son familia, y un sector del transporte fuerte en el que todos arriman el hombro para que nadie se quede atrás. Su coraje cobra personalidad propia cuando habla de ayudar a los camioneros, lo que hace desde que en marzo tomara el relevo a Paco al frente de la Plataforma Nacional del Sector del Transporte en la Región de Murcia. No solo es la cara visible, sino que atiende las necesidades particulares de los compañeros.

Sin hijos, aunque desean aumentar la familia, la transportista es consciente de las dificultades de conciliación y que no podrá salir de ruta con la libertad que lo hace ahora. Un motivo que ha llevado a muchas mujeres a separarse, y también a hombres, porque, según Ester, cada vez hay más camioneras. «Las mujeres llevan años demostrando que tienen los mismos reaños que los hombres para conducir un camión. Los camioneros son seres de valentía porque se juegan la vida cada vez que salen a la carretera, da igual el género. En general, se tratan de tú a tú y no hacen distinciones», asegura Sampietro.

Precisamente esta falta de tiempo, seguridad y la precariedad laboral, en cuanto a salarios y condiciones, abanderan las reivindicaciones de los profesionales del sector desde la plataforma. Estas demandas son el motor que hace rugir a la asociación minoritaria del sector, y que le ha llevado a convocar dos paros indefinidos. «Es difícil que se nos entienda desde fuera. Los camioneros no quieren subvenciones, solo ejercer su profesión dignamente», explica.

La mayor afición de Ester es aprovechar el tiempo libre de su marido entre actividades sencillas, como pasear o ir al cine, intentando no hablar de trabajo. Transparente, empática y vivaz, defiende con vehemencia su vocación, aunque bien podría ser la admiración que siente por su compañero. «Si amas a una persona, terminas amando su mundo. No hay más. Somos uno».

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