Borrar
Beppi entra en Italia el domingo pasado. P. E.
Desde Alhama de Murcia hasta su Italia natal sobre dos ruedas

Desde Alhama de Murcia hasta su Italia natal sobre dos ruedas

Un vecino alhameño, de origen italiano y con casi 70 años, regresa a su tierra en bici. Llegó en 1979 a las playas de Mazarrón, donde estuvo a punto de morir ahogado

Martes, 1 de agosto 2023, 00:26

Hace ahora 45 años, un joven italiano llamado Beppino Maieron, junto a su amigo Tony, partía desde Milán (Italia) hasta la costa, en busca de una buena playa para tomar un baño.

Aquel año el tiempo era gris y lluvioso en el Mar de Liguria. Aquello hizo que estos dos jóvenes emprendieran ruta en su turismo en dirección a Francia, en busca del sol. Cuando llegaron a la Costa Azul francesa llovía, por lo que se retaron a seguir adelante hasta encontrar el calor y la luz solar.

Cruzaron los Pirineos, pero el tiempo continuaba gris y lluvioso. Buscando una buena playa, tomaron la carretera nacional 340 hacia el sur, con la mala suerte de que el tiempo continuaba dándoles la espalda. Todo cambió en un instante cuando entraron en la Región de Murcia y vieron el sol en lo más alto.

Era un destino que no conocían. Llegaron hasta el Puerto de Mazarrón, donde encontraron un sol y unas playas espectaculares. Lo primero que hizo Beppino fue lanzarse al agua para celebrar el reto conseguido que les había llevado tan lejos de su casa.

Con la euforia del momento, Maieron olvidó que no sabía nadar. El baño se complicó y empezó a dar muestras de ahogamiento. Uno de los bañistas de aquella playa era Cristóbal Sánchez, un vecino de Alhama de Murcia que se percató de la situación, se lanzó al agua y le salvó. Si lo hubiera hecho unos segundos más tarde, Beppino se habría dejado la vida en aquella playa que tanto ansiaba.

La noticia tuvo repercusión regional. La prensa informó de un joven italiano a punto de perecer ahogado. Tan agradecido quedó, que decidió conocer el pueblo de su salvador. A Beppi, abreviación de su nombre por la que todo el mundo le conoce, en Alhama le recibió Cristóbal, su salvador.

La visita fue crucial para él. Quedó encantado con un pueblecito en el que las calles entonces carecían aún de asfalto en su mayoría, que ofrecía una vida agradable y con empresas de calzado que generaban muchos puestos de trabajo.

Tras varias visitas, decidió trasladarse hasta Alhama de Murcia para fijar su residencia, lugar en donde vive en la actualidad con su familia española. Su primera iniciativa fue abrir un negocio de hostelería con el nombre de su país, Italia.

Bombardeos en Libia

Su vida había sido muy ajetreada. Nació en Paluzza, en los Alpes italianos. Quedó huérfano de pequeño. Siendo aún un niño, le endosaron una maleta -«era más grande que yo», asegura- y le montaron en un bus dirección Milán, donde residían sus tías. Era su primer viaje.

Imagen -

En su juventud trabajó en varios sectores. Una de las ocupaciones que más recuerda fue el periodo que pasó en las plataformas petrolíferas de la Libia de Muamar el Gadafi; incluso vivió los bombardeos de las fuerzas norteamericanas. Después de aquella experiencia, en 1991, decidió fijar su residencia definitiva en Alhama.

Su pasión es el fútbol. En Milán, de niño, estuvo internado en el colegio de los padres Escolapios. «Eran muy duros con aquellos pequeños», precisa. Se inició allí en el balompié, incluso ganó varios campeonatos de la liga interparroquial de Milán. La afición la continuó en Alhama, donde en la actualidad es entrenador de porteros y comentarista radiofónico de deportes.

Hace cuatro años que Beppino se jubiló. Su último puesto de trabajo fue de conserje en las instalaciones del complejo deportivo Guadalentín de Alhama de Murcia. Entonces emprendió una nueva afición, la de caminar. Su primera ruta fue por las sendas de Sierra Espuña, donde quedó desorientado y perdió por unas horas a su querido perro 'Max'.

Un sueño hecho realidad

Todo quedó en un susto y ahora es un auténtico conocedor de las sendas de Sierra Espuña y de parte de la Región de Murcia. El pasado año realizó el Camino de Santiago. «Fue tan gratificante aquella aventura, que pasé un año soñando con regresar a mi Paluzza natal andando o, a lo sumo, en bicicleta», asevera.

A primeros del pasado mes de julio, Beppino, sin avisar, se montó en su bicicleta y decidió dar una vuelta. Tomó lo que queda de la nacional 340 en dirección norte. Cuando se dio cuenta, ya había llegado a Castellón. Comenzó a ser consciente de que estaba realizando el sueño de su vida a unos meses de llegar a los 70 años de edad.

Ha dormido en parques, en pensiones, en el suelo y ha cruzado Francia con miedo. «Las carreteras secundarias se conservan allí en muy mal estado», asegura.

Tres semanas después de salir de Alhama, llegó a la frontera de su país natal. Su sueño ya era casi una realidad.

Apenas le queda familia en Paluzza, pero seguro que quedarán sorprendidos cuando, dentro de unos días, le vean aparecer. Por otras tierras italianas se encuentra la familia que dejó atrás hace años.

Este pasado domingo la bicicleta dijo basta y se partió el cuadro. Cerca de los Alpes, el tiempo amenazaba tormenta, lo que le llevó, tras dejar su querido vehículo en el patio de un hostal, a tomar un autobús hasta Venecia. Desde allí, destino Paluzza, donde le esperaba su amigo Tony, el mismo que en el año 1978 realizó con él aquel viaje en busca de sol para tomar un baño.

«Es un sueño regresar a mis raíces de la alta montaña, en este caso sin vehículo a motor». Lo está haciendo solo con la resistencia de sus piernas y su mente. «Uno es de donde vive y se hace, no de donde nace», aseguraba en su momento nuestro aventurero, que reconoce que le gustaría que su último destino, el de sus restos, sea Alhama de Murcia, localidad a la que regresará en los próximos días, aunque aún no tiene decidido en qué medio de transporte.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Desde Alhama de Murcia hasta su Italia natal sobre dos ruedas