López Miras, en la pegada de carteles de la campaña de 2015.

Blanco por los cuatro costados

Posee formación legal y económica y empezó a trabajar en la banca, aunque desde los 25 años ocupa cargos públicos

Julián Mollejo

Miércoles, 5 de abril 2017, 01:57

«Es un tío muy normal, como la mayoría de los jóvenes de su edad -33 años-. Es soltero, aunque con novia, le gusta salir de marcha con su pandilla de amigos de toda la vida, jugar al fútbol... y es muy trabajador». Así habla de Fernando López Miras, el que puede ser el próximo presidente de la Comunidad Autónoma, un compañero del PP.

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Nacido el 4 de octubre de 1983 en Lorca, es hijo único y siempre ha considerado a su padre, directivo de banca, como «el auténtico referente» de su vida. El hombre del momento en la política regional es un joven de su tiempo, encaja en muchas de las etiquetas de moda, como 'hipster', 'millennial', 'runner'..., aunque no es precisamente la moda lo que le quita el sueño, a juzgar por las greñas que a veces luce y la informalidad de su vestimenta.

Su sueño de pequeño era ser albañil -las vueltas que da la vida-, pero solo «para mancharme porque mi madre me lo tenía prohibidísimo», reconoció en una entrevista con 'La Verdad' hace dos años.

En contraste con estos desaseados sueños infantiles, ahora se declara más blanco que la leche, tanto por sus aficiones balompédicas -aunque el Real Murcia también le tira mucho- como por su alineación pasional, ya que procesiona en la Semana Santa lorquina con el Cristo del Rescate.

Con la edad se le pasó la afición por el ladrillo y eligió el Derecho como carrera universitaria, aunque llegó a matricularse en Medicina y, tras licenciarse en leyes, realizó un máster en Administración y Dirección de Empresas. Profesionalmente también le costó encontrar su camino, ya que después de trabajar en sus primeros años en el Banco Español de Crédito y en el Banco de Valencia, en un intento por seguir la senda paterna, redirigió definitivamente sus pasos hacia la política.

Cuenta que vio la luz cuando tenía 19 años, tras la guerra de Irak y la polémica participación de España en ella, retratada en la celebre foto de las Azores. «Cuando se empezó a llamar 'asesinos' a concejales que no tenían culpa de nada -ha relatado-, entendí definitivamente que había que apoyar a este partido».

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Comenzó en Nuevas Generaciones de Lorca, en cuya dirección nacional llegó a sentarse, y muy pronto dio el salto a la primera división regional. Desde los 25 años ocupa cargos públicos, de los que el primero fue la gerencia del área de Salud de Lorca. Era 2009 y el comienzo de su fulgurante carrera hacia el estrellato político, siempre de la mano de Pedro Antonio Sánchez, quien le introdujo en su círculo de confianza y con el que ha labrado una estrecha amistad.

A la velocidad de la luz

En 2011, fue elegido por primera vez diputado regional, escaño que revalidó en las últimas elecciones autonómicas; en 2014 fue nombrado secretario general de la Consejería de Economía y Hacienda y un año después ascendió a la Vicesecretaría General de Organización del partido, donde ahora ejerce de coordinador general.

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Dicen de él que las virtudes que le han aupado a la velocidad de la luz en una actividad tan llena de baches y zancadillas son su compromiso, su lealtad, su dedicación y su habilidad para separar el grano de la paja. «De los que rodean a Pedro Antonio, es lo de los más competentes», asegura un cargo popular.

Vive entre Lorca y Murcia, entre los hogares de su madre y de su padre, separados, pero donde más se le conoce es en la capital del Guadalentín. Ayer, en la Corredera, la gente ponía los ojos como platos al conocer la noticia. En Lorca, 'Fer' sigue siendo el joven bien dispuesto y cordial al que suele verse por el Kiosko de la Rubia y en la terraza de La Confitería rodeado de sus amigos, tomando unas cañas. «¿Presidente de la Comunidad?», se preguntan extrañados. «Pues sí, señora, ahí tiene usted al zagalico».

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