El presidente del TSJ, Pasqual del Riquelme, ayer antes de la reunión.

PAS se agarra al palo mayor

El presidente se reafirma en que no piensa dimitir, recibe el apoyo de la cúpula del PP y espera seguir ganando más tiempo

Manuel Buitrago

Viernes, 3 de febrero 2017, 00:32

A Pedro Antonio Sánchez no se le pasa por la cabeza dimitir. No pensó hacerlo antes, y ahora tampoco tras del auto del Tribunal Superior de Justicia que complica aún más su futuro político a corto plazo. Está preparando un argumentario con el que pretende hacer frente al reto que tiene por delante para seguir en la presidencia de la Comunidad Autónoma. Solo en el caso de que represente un problema para Mariano Rajoy puede caer en desgracia, lo cual dependerá del curso de la investigación judicial y de la presión política -para él y para el Partido Popular-, que se acrecentó ayer con la repercusión que tuvo a nivel nacional el pronunciamiento de la Sala de lo Civil y lo Penal, que lo coloca más cerca de una posible imputación.

Publicidad

Comienza la cuenta atrás y es más que probable que el magistrado instructor Pérez Templado lo llame a declarar y abra formalmente la investigación sobre el papel que tuvo en el 'caso Auditorio' cuando fue alcalde de Puerto Lumbreras; pero ese hito judicial quizás no llegue antes del Congreso Nacional del PP de la próxima semana. Esto le permitirá seguir ganando tiempo en esta carrera que se inició hace justo dos años, cuando coincidió la presentación de la denuncia de la Fiscalía con el respaldo que recibió de Génova y de La Moncloa para ser candidato a la presidencia de la Comunidad. Sánchez sabe que debe su promoción en gran medida a sus valedores de Madrid (Rajoy, Soraya y Cospedal); y de igual manera es consciente de que los apoyos vienen y se van. De entrada, la cúpula nacional le arropó ayer tarde renovando su confianza, subrayando que no está imputado y que lo suyo no es un caso de corrupción.

Los partidos, de congresos

El actual tablero de la política española se mueve entre arenas movedizas, en el sentido de que los grandes partidos están ocupados en sus respectivos congresos y en las luchas internas -como es el caso del PSOE y Podemos-, lo cual puede desdibujar el foco de atención sobre el caso de Murcia. Además, en los congresos nacionales se fijarán las líneas programáticas, y una de ellas será el posicionamiento para hacer frente a los casos de corrupción política y el grado de exigencia de responsabilidades, que podría revisarse, incluso para endurecerse. Los populares insistirán en que el 'caso Auditorio' no es corrupción política.

Este escenario beneficiaría indirectamente al presidente, y más con el respaldo de Génova, para tratar de reducir la presión que soporta en estos momentos. Los populares murcianos y el Gobierno regional están estudiando estas variables, mientras intentan levantar un cinturón de protección en torno a Sánchez, a la vista de los pronunciamientos del portavoz parlamentario, Víctor Manuel Martínez, y de la consejera Noelia Arroyo, que insistieron en que la investigación aún no se ha iniciado y que hay que dejar trabajar a la Justicia para que marque los tiempos y tome sus decisiones. Han llegado incluso a valorar positivamente el auto del TSJ argumentando que «es el comienzo para que todo se aclare cuanto antes», insistiendo en que del auto solo se puede deducir, interpretan, que el alto tribunal «es competente para estudiar el expediente administrativo del caso Auditorio».

Ahí, en la esfera administrativa, es donde pretende situar el PP el caso desde el primer día, para defender su tesis de que pudo haber irregularidad administrativas pero no penales, lo cual no se compadece con los cuatro presuntos delitos que aprecia el TSJ, «según una valoración muy provisional». PSOE y Podemos ven próximo el final del presidente, mientras que Ciudadanos, que tiene la llave en el supuesto de que se presente una moción de censura, esperará a que el magistrado instructor mueva ficha. Exigirá la dimisión de Sánchez si es citado a declarar, en cumplimiento del pacto por la regeneración democrática y de lucha contra la corrupción. Albert Rivera también lo apuntó.

Publicidad

Pedro Antonio Sánchez se encontraba ayer en Barcelona, en su segunda jornada de reuniones institucionales y empresariales, y dejó que sus portavoces hablaran por él. Hoy se pronunciará, junto a otros dirigentes, coincidiendo con un acto del partido en Alcantarilla que reunirá a los compromisarios del PP que acudirán al Congreso Nacional, y que contará con la asistencia de Valcárcel y lo que declare sobre la situación de su sucesor. Este encuentro le servirá al PP para cerrar filas en torno a Sánchez, máxime después del apoyo de Génova.

Un futuro más complicado

Durante dos años, Sánchez ha tratado de sustraerse a su problema judicial enfrascado en una intensa agenda política y de gobierno. Los populares, no obstante, sufrieron ayer una conmoción con el auto del TSJ, ya que en el partido se barajaba la posibilidad de que la causa se devolviera a Lorca, lo cual le daba más tiempo al presidente. Ese tiempo se hace cada vez más corto y compromete también las aspiraciones de PAS para relevar a Valcárcel y presidir el PP regional, cuyo congreso se celebrará el 18 de marzo. Para entonces cabe la posibilidad de que se produzca la imputación del presidente, y de que la onda expansiva le afecte de lleno y deje muy tocadas sus aspiraciones como líder absoluto de los populares.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€

Publicidad