Terminal del aeropuerto de Corvera.

La última acrobacia

Pretender incluir en el concurso del aeropuerto una indemnización por el cierre de San Javier denota que el Gobierno regional no tiene empresas interesadas y quiere que Aena se quede con Corvera

Manuel Buitrago

Miércoles, 18 de enero 2017, 12:37

La enésima acrobacia política sobre el aeropuerto de Corvera invita a suponer dos cosas: que hasta ahora no ha aparecido ninguna empresa privada decidida a pujar por la explotación de las instalaciones; y que el Gobierno regional desea que Aena se quede con el invento, para lo cual prepara el terreno. Esto nos devuelve al escenario de hace tres años, cuando el equipo de Valcárcel intentó que la sociedad estatal se trasladada de uno a otro aeropuerto tras estallar el conflicto con Sacyr-Aeromur. El pacto alcanzado entre el presidente Pedro Antonio Sánchez y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para incluir el cierre del aeropuerto de San Javier en el pliego de condiciones del concurso, con una indemnización de por medio, es una operación arriesgada, extraña y con un dudoso encaje jurídico y administrativo. Por no decir que se presta a ser recurrida ante los tribunales a la mínima de cambio; o a quedar bloqueada por la Dirección General de la Competencia de la Unión Europea.

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Primero: se pretende compensar económicamente a un competidor (público) para que cierre un aeropuerto rentable y le allane el camino a una empresa (privada) que está por aparecer. Y sin saber qué pasará con los 80 trabajadores y las empresas auxiliares de San Javier. Segundo: se intenta además que el futuro concesionario pague dicha compensación, y que tal obligación se incluya en el concurso. No sé cuántos contratos públicos con esta 'bicoca' hay por el mundo. Tercero: para que salgan las cuentas de dicha transacción, es probable que se haga a costa del futuro canon que deberá pagar el concesionario a la Comunidad Autónoma. Ergo, quien pagaría al final indirectamente tal indemnización no sería la empresa, sino el contribuyente. Esto podría parecerse mucho a una ayuda de Estado encubierta, con los consiguientes problemas ante la UE, puesto que semejante convenio requeriría una aceptación previa de las autoridades comunitarias. Mejor que no.

La cuadratura del círculo

Encajar un pacto político en un concurso público

Pero vayamos al negocio. ¿Qué empresa va a querer meterse con semejante carga económica, que Aena cifró inicialmente en 70 millones de euros? ¿Cuántos viajeros tendría que mover para amortizar este gasto, pagar un canon a la Comunidad Autónoma y además ganar dinero? De entrada, dicho canon iba a ser cero o mínimo durante los primeros años a modo de ayuda. ¿Hasta cuándo se mantendría dicha situación, y en qué plazo recuperarían las arcas autonómicas los 182 millones, y pico, pagados hasta ahora?

Por último, ¿cómo se encaja el acuerdo político de Sánchez y del ministro recién llegado en el pliego de condiciones? ¿Con qué informes técnicos y jurídicos? ¿Qué ha estado haciendo el Gobierno regional en los dos últimos años mientras le daba hilo a la birlocha del concurso público? Tanto tiempo, estudios, energía y dinero invertidos (el aeropuerto cuesta mantenerlo con fondos públicos) para que ahora se cambien los planes... por enésima vez. Los empresarios han dicho que la indemnización disuade a los potenciales licitadores; y lo que parece más claro cada día es que el Ejecutivo regional quiere que Aena se quede con Corvera. Una cosa se explica con la otra. La Consejería puede sacar el concurso, que quede desierto y acto seguido entregarle el aeropuerto a la empresa estatal. Qué importa otra acrobacia más.

Precedentes poco prometedores

Marcha atrás para echarse en brazos de Aena

Justo cuando sonaba la campana del plazo dado por el presidente Sánchez para sacar el concurso del aeropuerto se anunció el pacto político con el ministro de Fomento, que está pendiente de ser ratificado por el Consejo de Administración de Aena, con una parte de accionistas privados. Se supone que la sociedad está 'enterada' a través de las reuniones previas que hubo en Madrid. También se pensó que Aena iba a cumplir en el año 2011 el acuerdo por escrito entre el Ministerio de Fomento (del PSOE) y el Gobierno regional para cerrar San Javier, pero pasó olímpicamente de aquel documento. Y eso que quienes debían llevarlo a la práctica eran del mismo partido (PP). No ha habido forma de conseguirlo en cinco años, pese a los borradores que se han cruzado. Con estos antecedentes, la Comunidad se echa ahora en brazos de Aena, a la que solo le importa el aeropuerto de Alicante.

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