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Jueves, 29 de septiembre 2016, 01:24
Patsy Visser-Freeman había anunciado que estaría presente en el juicio por el asesinato de su hija, Ingrid Visser, y del esposo de esta, Lodewijk Severein. «Lo único que puedo hacer ahora es asistir al juicio y ver a los acusados. Ellos ya no están aquí, pero yo sí», había declarado la pasada semana a un periódico holandés, 'Telegraaf', en la única entrevista que ha concedido hasta el momento.
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Ayer, escoltada por varios familiares y por los letrados de la acusación particular, Miriam Van de Velde y Javier Martínez, esta mujer holandesa se presentó en la Ciudad de la Justicia para someterse a la dura prueba que significará prestar declaración como testigo y asistir al resto de la vista.
«Estoy muy nerviosa. Solo con pensar en el juicio me dan ganas de vomitar», señaló en la mencionada entrevista. Ayer, aunque fue abordada por los periodistas, no realizó manifestación alguna.
En sus declaraciones a 'Telegraaf' afirmó que su único deseo «es que se haga justicia. Creo que hay muchas pruebas contra esos hombres, aunque hay un jurado popular y no podemos saber cómo va a terminar todo. Espero que reciban la pena que merecen y que estén presos toda su vida».
Al referirse a quien era su yerno, Lodewijk Severein, la mujer reconoció que se le hacía muy difícil leer que estaba metido en negocios dudosos. «Me sentía mal si las cosas se sacaban de su contexto, porque el no tenía negocios con la mafia». Y reconoció que en ocasiones, al enfrentarse a los datos más duros que contenían las noticias, «sentía ganas de gritar».
Han pasado tres años desde que Ingrid Visser y Lodewijk Severein murieron, pero las heridas siguen sin cerrarse. «Hay momentos en los que todavía no me creo que ella no esté. A veces sueño que estamos juntas en algún lugar y me despierto sudando. Ocurrió hace tres años y todavía me parece que fue ayer», explicó, y añadió que para tratar de combatir ese dolor se dedica a dar largas caminatas.
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Recientemente, con motivo de las Olimpiadas, vivió unos momentos de gran emoción cuando vio salir a jugar a la selección holandesa de voleibol y escuchó el himno nacional. Todo le recordó a Ingrid.
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