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EFE
Jueves, 4 de agosto 2016, 02:03
Es probablemente el insecto que mayor repulsión provoca, pero no hay forma de quitárselo de encima. Porque Murcia es -por delante de la Comunidad Valenciana, Baleares y Andalucía- la región con más cucarachas. Su presencia se multiplica además durante los meses de verano, y luchar para su erradicación, cuando hace acto de presencia, resulta harto difícil. El 53% de las plagas que se producen en Murcia están provocadas por las cucarachas, porcentaje que en el conjunto de España baja al 35%, según los datos del IV Observatorio Regional de Plagas de Rentokil.
Las cucarachas fueron, en definitiva, las principales culpables de las plagas durante 2015 en España, por cuarto año consecutivo. Así se desprende del estudio anual publicado por esta empresa especializada en sanidad ambiental, elaborado a partir de las 24.000 llamadas que recibió durante el año pasado.
En el caso de Murcia, el 53% de las consultas se correspondieron con infestaciones de cucarachas, un porcentaje que fue del 48% en la Comunidad Valenciana, del 47% en Baleares y del 40% en Andalucía. Olor desagradable, manchas en superficies de la cocina, estuches de huevos o avistamiento directo de un ejemplar son señales de alarma que avisan de la presencia de este insecto. Pasar la aspiradora (para eliminar la posible presencia de huevos), evitar la suciedad y usar insecticidas específicos, trampas o venenos son algunas de las posibles medidas de prevención.
Por su parte los xilófagos -termitas y carcoma- ascienden este año al segundo puesto de los animales más problemáticos, ya que generaron el 18% de incidencias registradas por Rentokil: cuatro puntos porcentuales más que en 2014, con lo que superan a los roedores -responsables del 12% de las llamadas-, situados ahora en tercer lugar.
«No existe una definición como tal de plaga», explica la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), Milagros Fernández, porque «se determina por el riesgo para la salud pública que suponga y también por el nivel de tolerancia que haya para una especie» en cada momento. Así, «una cucaracha en un almacén que guarda maquinaria no se considera plaga, pero en un quirófano sí lo es, porque ahí el nivel de tolerancia es cero». Los riesgos para el bienestar y la salud de una plaga son diversos, desde daños económicos hasta problemas de salud graves. «Una cucaracha nunca te picará, pero su cuerpo tiene microorganismos perjudiciales que deja allá por donde pasa, incluidos los alimentos, y puede generar problemas de contaminación alimentaria, como el contagio de salmonela», advierte Fernández.
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