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La escultura 'Horátholos', de Alfonso Albacete. .

La juez aprecia ahora «graves indicios» de hasta 5 delitos distintos en el 'caso Rotondas'

Abre diligencias por prevaricación, falsedad, fraude, malversación y tráfico de influencias e imputa a Berberena, Serrano y Albacete

Ricardo Fernández

Miércoles, 3 de febrero 2016, 01:36

De no apreciarse indicios de delito por lado alguno se ha pasado a verlos por doquier, y además con la apariencia de «graves». La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, Brígida Gil Páez, ha admitido el recurso presentado por el Fiscal Anticorrupción, Juan Pablo Lozano, y ha revocado su anterior auto, por el que ordenaba el archivo del denominado 'caso Rotondas' de supuesta corrupción. Ahora, con la resolución ayer notificada, la magistrada abre diligencias por presuntos delitos de prevaricación, falsedad en documento público, malversación de caudales públicos, fraude y tráfico de influencias. Y cita ya en calidad de imputados -lo que ahora se llama investigados- al exconcejal de Urbanismo de Murcia Fernando Berberena; a su excuñado y propietario de la galería de arte La Aurora, José Fermín Serrano, y al escultor Alfonso Albacete.

El 'caso Rotondas' se centra en la supuesta comisión de ilegalidades en la instalación de obras escultóricas en los principales accesos al municipio de Murcia. El grueso de la investigación, que inició la Policía Nacional hace más de un año a instancias de la Fiscalía, se centra en una rotonda de Juan de Borbón, en el acceso a Churra, en la que se encuentra ubicada la obra 'Horátholos' del escultor Alfonso Albacete.

Dos veces abonada

La juez estima, indiciariamente, que la instalación de la obra de arte habría respondido a una decisión personal del entonces concejal Berberena, y que la contratación se habría realizado mediante la intermediación de su entonces cuñado, José Fermín Serrano. Curiosamente, por este conjunto escultórico se habrían abonado 214.000 euros al artista Alfonso Albacete, pese a que las investigaciones policiales apuntan a que éste se limitó a realizar un esbozo y «unas maquetas de marquetería y corcho blanco», y ello aunque el contrato establecía que debía encargarse de la «instalación integral».

De esta forma, fue la empresa La Generala, que tenía la concesión para construir esa rotonda, la que se habría encargado de construir y montar la escultura. Para abonar además a esta firma constructora los gastos por esa obra de arte, el Ayuntamiento habría recurrido a un incremento presupuestario no justificado, o habría camuflado el precio en partidas inconcretas o genéricas como la que indicaba «toneladas de acero».

Lo cierto es que el presupuesto para la construcción de esa rotonda y los viales que en ella desembocaban, que se había fijado en poco más de seis millones de euros, acabó siendo incrementado en 2,9 millones, hasta quedar cerrado la cuantía total en casi 9,2 millones de euros.

Para acabar con su razonamiento en torno a esa escultura, la juez considera que 'Horátholos' se pudo acabar abonando por dos lados distintos, a Alfonso Albacete y a La Generala, y establece que después de que el artista recibiera sus 214.000 euros, éste ingresó 60.000 en una cuenta de José Fermín Guerrero bajo el concepto «liquidación de comisiones por las ventas de cuadros y gestión de exposiciones en los últimos 5 años».

No se puede descartar, indica la instructora, que la operación estuviera dirigida por los implicados «a un ilegítimo enriquecimiento patrimonial con cargo a los fondos públicos».

Igualmente pone de relieve que en esa rotonda estaba prevista, en realidad, la instalación de una fuente y que la modificación del expediente se hizo 'a posteriori', de forma aparentemente ilegal, cuando ya estaba instalada incluso la escultura. Una circunstancia que llevó a la Policía a calificar es modificación como un «artificio documental» y una «íntegra falsedad documental» y a indicar que el expediente «es ilegal desde su origen», pues se tramitó -señala la magistrada en la misma línea- «con conocimiento de haber sido finalizada e instalada la escultura, tratando así de enmendar o dar apariencia de legalidad a una decisión ilegal o, canto menos, irregularmente ejecutada».

Las conclusiones a las que la juez Brígida Gil llega en su auto es que en este momento existen «meros indicios», pero «de gravedad», de que «la contratación de la escultura 'Horátholos' habría incurrido en una multiplicidad de irregularidades que pasaron por la modificación irregular de la solución ornamental inicialmente prevista y presupuestada para la glorieta -una fuente-, de cuyas obras era adjudicataria La Generala».

Aprecia la juez, por todo ello, indicios de presuntos delitos de prevaricación, «por la contratación de la obra escultórica al margen de todo procedimiento administrativo»; de falsedad documental, «por la tramitación de un expediente mendaz»; de malversación de caudales públicos, «de acreditarse que se han desviado fondos públicos a un fin distinto del previsto»; de fraude, «de acreditarse el concierto de los imputados para defraudar fondos públicos», y de tráfico de influencias.

Por esos delitos han resultado ya imputados, a través de este mismo auto, el exconcejal Berberena, el galerista Serrano y el escultor Alfonso Albacete, quienes han sido llamados a declarar el próximo marzo.

El 'caso Rotondas' adquiere entidad propia y ya ha empezado a rodar.

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