El alcalde Eduardo Contreras, rodeado de periodistas a su salida del juzgado, tras haber prestado declaración.

Contreras defiende la legalidad de la permuta de la parcela del vertedero

El alcalde de Molina rechaza haber favorecido a un empresario local, y el exedil Gestoso dice que el terreno municipal «era un pedregal infame»

R. FERNÁNDEZ / J. L. VIVAS

Miércoles, 27 de enero 2016, 01:44

El alcalde de Molina de Segura, Eduardo Contreras, y quien era en 2005 su concejal de Urbanismo, Luis Gestoso, defendieron ayer ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de esa localidad, Marta Florenciano Lajusticia, la legalidad de una permuta de terrenos que el Consistorio firmó, hace casi diez años, con el empresario local Juan Manuel Alcañiz. Ambos declararon en calidad de investigados -el equivalente a imputados- en un supuesto delito de prevaricación.

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La citación de ambos tiene su origen en una denuncia que en su día interpuso el Grupo Socialista y a la que se acabó sumando la Asociación en Defensa del Heredamiento Regante. En concreto, la investigación se centra en la decisión adoptada en marzo de 2006 por la Junta de Gobierno del Consistorio molinense, que autorizó la permuta de un terreno rústico de unos 15.000 metros cuadrados, propiedad del expresidente del Sindicato de Riegos, Juan Manuel Alcañiz, por otros 50.385 metros cuadrados de terreno municipal calificado como urbano residencial. Ambas parcelas fueron valoradas por los técnicos municipales en algo más de 755.000 euros, pero los denunciantes sostienen que Alcañiz los vendió más tarde por nueve millones de euros a Fadesa Inmobiliaria, con lo que habría cerrado un gran pelotazo.

Se arropa en los técnicos

A lo largo de su extensa declaración, que se prolongó más de una hora y media, el alcalde de Molina defendió la legalidad de la permuta y sostuvo que se había limitado a aprobar una operación que contaba con el visto bueno de los técnicos municipales.

Fuentes próximas al caso indicaron que Contreras negó haber favorecido al empresario local, aunque reconoció que tenía trato con él desde 1979, que fue el año en que entró en política. «Entonces, Alcañiz ya era concejal y más tarde fue presidente del Sindicato de Regantes», señaló el primer edil molinense para explicar el tipo de relación institucional que ambos habían mantenido.

Cuando la juez le preguntó si se había reunido con este empresario para hablar de la operación de la permita y le hizo ver que en los escritos presentados por Alcañiz se utilizaba la expresión «comparece ante mí, el alcalde», Contreras señaló que se trataba simplemente de una fórmula habitualmente empleada en los escritos oficiales.

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El político del PP estuvo asistido en el juzgado por los letrados Miguel Pardo Domínguez y Teresa García Calvo y antes de iniciarse su declaración aportó varias decenas de documentos, con los que quiso explicar las razones por las que se cerró la permuta. Las continuas referencias que hizo a esos expedientes, unidas a lo prolijo de sus explicaciones, hicieron que su declaración se alargara en exceso y que por momentos resultara «tediosa», como la calificó uno de los asistentes cuando concluyó esa diligencia.

Con sentido del humor

Mucho más directas, concretas y hasta impregnadas de una cierta ironía y sentido del humor fueron las manifestaciones del exconcejal y exdirector general de Emergencias. En la misma línea que quien fue su alcalde, Luis Gestoso defendió la necesidad de la permuta de terrenos y adujo que el vertedero que estaba en funcionamiento en aquella época se encontraba prácticamente colmatado, por lo que todo apuntaba a que en un máximo de dos años y medio se necesitaría otro vaso.

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Los terrenos ofertados por Alcañiz les parecieron ideales a los técnicos municipales y al equipo de gobierno, explicó Gestoso, ya que se encontraban perfectamente comunicados, se encontraban situados lejos de zonas habitadas y junto a un polígono industrial, tenían forma de vaso y cumplían con los requerimientos establecidos de carácter ambiental y orográfico.

Respecto de la parcela pública cedida por el Consistorio, el exconcejal afirmó literalmente que se trataba de «un pedregal infame», sin acceso alguno, por lo que afirmó que la única forma de llegar hasta allí pasaba por atravesar el campus universitario de Espinardo o construir «un puente como el de Brooklyn» para salvar las ramblas que se interponen en el camino.

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Sobre su actuación, explicó que se limitó a presentar una moción para que la propuesta se enviara a la Comunidad Autónoma y a otros organismos para su análisis y a dotar de presupuesto una partida por si la permuta salía delante. Hizo especial hincapié en que ni siquiera formaba parte de la Junta de Gobierno que aprobó esa operación urbanística en marzo de 2006.

También dejó constancia de que todos los trámites contaron con el visto bueno del arquitecto municipal, del letrado del Ayuntamiento y de los técnicos de Urbanismo y que ni siquiera el secretario municipal puso reparo alguno. Varios funcionarios, que declararon ya como imputados en este asunto, están ya exculpados en este momento.

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La comparecencia de Luis Gestoso en el juzgado apenas se prolongó una media hora.

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