PPLL
Miércoles, 14 de octubre 2015, 00:10
Gregorio Javier G.M. era uno de los dos policías -el otro era José Carlos M.L.- que constituían la dotación del Zeta 54, el coche patrulla en el que Diego Pérez fue conducido hasta Cala Cortina en la madrugada del 11 de marzo de 2014. Esa circunstancia es la que motivó que la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena, María Antonia Martínez, les otorgara, a él y a su compañero, un trato diferente al de los otros cuatro policías sospechosos de la muerte y desaparición del vecino de Las Seiscientas. Así, desde el primer momento mantuvo aislados a los dos agentes del Zeta 54, que primero estuvieron encarcelados en Sangonera la Verde y luego trasladados a Madrid, mientras los cuatro restantes -componentes de los Zeta 56 y Zeta 57- fueron ingresados en Campos del Río y, más tarde, en un centro penitenciario de Castellón. Quizás la juez confiaba en que la separación llevaría a alguno de los policías a colaborar con la justicia.
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