El presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez; el Rey Felipe VI; el rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, y el rector de la Universidad Politécnica de Cartagena, José Antonio Franco, en la mesa presidencial.

El Rey pide a las universidades que formen a «ciudadanos libres y responsables»

«Vuestro futuro es el futuro de nuestro país, el de todos», animó Felipe VI a los alumnos en la apertura del curso universitario en Murcia

Fuensanta Carreres

Jueves, 1 de octubre 2015, 01:12

Un futuro esperanzador se abrió paso ayer en el campus de Espinardo de la Universidad de Murcia con las palabras del Rey de España: a través de las universidades, que tienen la encomienda de formar a los profesionales del mañana, «ciudadanos libres y responsables»; y de los estudiantes, cuyo futuro «es el futuro de nuestro país, el futuro de todos». Felipe VI presidió, ante una treintena de rectores y el ministro de Educación, la solemne apertura del curso de las universidades españolas, y que para conmemorar el centenario de la Universidad de Murcia, se celebró por primera vez en la Región. Los estudiantes universitarios y su papel protagonista y crucial en la sociedad del mañana centraron el discurso y el interés del Rey, que no perdió ocasión de hablar con los jóvenes que asistieron al acto, escucharles y preguntarles por sus inquietudes.

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«Encantado» por reencontrarse con una universidad que conoció bien siendo aún Príncipe de Asturias, y con una Región en la que disfrutó de un año de formación en su juventud, el Rey quiso aprovechar la «liturgia cívica» que da forma al comienzo del año académico para reivindicar el papel que debe jugar la Universidad en el progreso y bienestar de la sociedad española: «Para ello, debe buscar que los alumnos, más allá de la fundamental adquisición de destrezas y conocimientos, aprendan también a convivir como ciudadanos libres y responsables. Existe una serie de valores que cualifican el progreso y lo hacen sostenible... vivible; en comunión con los demás y nuestro entorno natural», reclamó Felipe VI a las autoridades universitarias que le escuchaban, a quienes demandó también que sigan trabajando para «mejorar la calidad, internacionalización y especialización». Por una universidad «que derribe barreras y que contribuya a mejorar el mundo desde el saber, el conocimiento, el humanismo y la excelencia».

A los estudiantes -decenas de alumnos pudieron asistir al acto porque cursaron su petición y salieron elegidos en el sorteo realizado por la Universidad de Murcia- el Rey quiso dar «un mensaje lleno de afecto y de ánimo. Vuestro esfuerzo y vuestra perseverancia merecerán la pena y darán resultado; no lo dudéis. La sociedad en su conjunto es muy consciente de las dificultades que tenéis que afrontar, y también de que vuestro futuro es el futuro de nuestro país, el futuro de todos», animó Su Majestad a los alumnos, de quienes espera profesionales «con visión estratégica, espíritu crítico y que sean capaz de asumir riesgos y de encabezar proyectos».

Acompañado por la brillante interpretación de 'Música para los reales fuegos de artificio', de Händel, de la Orquesta y la Coral Universitaria, el Rey -quien después quiso fotografiarse con los músicos y felicitarles por su trabajo- accedió al salón de actos de la Facultad de Economía tras el cortejo de doctores, y acompañado por el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez; y el alcalde de la ciudad y exrector, José Ballesta. Tras la lectura de las memorias académicas de la dos universidades públicas de la Región por sus secretarios generales, Felipe VI siguió con atención la lección magistral impartida por el doctor José Sebastián Carrión, quien explicó cómo había hecho frente a su enfermedad degenerativa. Un inciso que no pasó por alto el Rey, quien durante el almuerzo se interesó por la dolencia del profesor y su recuperación.

Las tensiones vividas entre las universidades públicas y la Administración en las últimas semanas quedaron aparcadas por unas horas ayer, y salvo la alusión que el rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, realizó al conflicto por las prácticas de Medicina, la voluntad de entendimiento y diálogo se impusieron. El propio Orihuela inició su discurso ante el Rey admitiendo que «sería para mí lo más sencillo y tentador practicar hoy un discurso reivindicativo, describiendo la paupérrima situación financiera de las universidades públicas. No seré, sin embargo, seducido por esa pulsión emocional», reivindicó el rector, quien expuso, como ya hizo el martes durante el foro de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), «la cuadratura del círculo que hemos conseguido logrando un acuerdo de financiación plurianual que representa un hito en términos de corresponsabilidad». Un plan, insistieron Orihuela y la consejera de Educación, que los rectores españoles les han demandado como modelo a seguir.

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Si el rector contuvo otras críticas locales, no evitó las globales, acerca del destino moral que espera a los estudiantes si solo encuentran «profesores arrodillados al dios de la mercadotecnia» y la falta de libertad: «Soy consciente de que la libertad académica supone un impedimento para conseguir el control de profesores y gestores, y de que muchos perciben que cabe doblegarse o sufrir las consecuencias de una tensión permanente. A veces, es como vivir la mirada censora en un semillero humano diseñado para cultivar y propagar la ambigüedad y la inseguridad», dijo Orihuela, quien obsequió a los invitados al acto con una edición conmemorativa del discurso leído hace cien años por el comisario Andrés Baquero el 7 de octubre de 1915 en la inauguración de la Universidad de Murcia.

Con el deseo de que la UMU «siga cumpliendo siglos de historia e inspirándonos a todos», el Rey declaró inaugurado el curso académico universitario 2015-2016, con los rectores y doctores en pie entonando el 'Gaudeamus igitur' del centenario.

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