Paraje calcinado en el Cañón de Almadenes en Cieza.

Técnicos de Medio Ambiente evaluarán los daños en el Cañón de Almadenes

El incendio de la sierra de El Almirez en Lorca está controlado, mientras que los fuegos que afectan a El Almorchón, La Palera y La Serreta en Cieza permanecen estabilizados. Se han quemado más de 700 hectáreas de zonas protegidas

I. RUIZ / C. PÉREZ / A. N.

Sábado, 8 de agosto 2015, 00:32

El incendio que afecta a la sierra de El Almirez de Lorca quedó controlado a las 14.00 horas de este sábado, según explicó la consejera de Presidencia, María Dolores Pagán, que acudió al puesto de mando ubicado cerca del Cañón de Almadenes en Cieza para seguir las tareas de lucha contra el fuego. La consejera también indicó que se espera que el fuego que afecta a esa localidad también se controle en las próximas horas.

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Ahora los principales esfuerzos se concentran en el frente del incendio de Cieza, donde trabajan 94 personas con el apoyo de tres helicópteros para conseguir controlar las llamas. En cuanto a Lorca, tres brigadas forestales trabajan en dos áreas delimitadas para evitar que el incendio se reavive.

Ambos incendios quedaron estabilizados a lo largo de la noche del viernes al sábado, aunque las llamas se reavivaron en el que afecta a las sierras de El Almorchón, La Palera y La Serreta en Cieza, por lo que se reforzó el operativo con dos nuevas secciones de la Unidad Militar de Emergencia (UME). En total, 150 personas pasaron la noche luchando contra el fuego y el viento, que complicó las tareas de extinción.

Las llamas ya se han cobrado, por el momento, 700 hectáreas, algunas de ellas en parajes protegidos, lugares donde abundan los pinares, sabinares y retazos de carrascal y donde anidan águilas reales o halcones peregrinos. Un grupo de agentes medioambientales trabaja en la zona del espacio natural protegido del Cañón de Almadenes de Cieza para llevar a cabo la medición del perímetro del área afectada. Los datos recogidos, según informa la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, permitirán a los técnicos elaborar informes contrastados con la información ambiental disponible sobre la Red Natura 2000, para valorar la afección ecológica del espacio natural.

La actuación de los recursos de extinción se centró desde el primer momento en evitar los daños al espacio natural. Si bien en los primeros análisis no se aprecian daños de envergadura en la zona, la afección se concentra en las laderas del Cañón, ocupadas por espartales y pinares de carrasco de baja intensidad. El fondo del Cañón, ocupado por vegetación de ribera, no se ha visto afectado y las laderas tampoco en su totalidad, sino en zonas puntuales, más o menos intensas, donde el fuego fue más virulento.

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  • profesionales trabajaron en la extinción de los cuatro incendios originados en Cieza y Lorca.

  • vehículos colaboran en las labores de extinción de estos fuegos, junto a 14 medios aéreos.

  • de las hectáreas calcinadas corresponden a la lorquina sierra del Almirez. El fuego también afectó al LIC y ZEPA Sierra del Gigante-Pericay, Lomas del Buitre-Río Luchena y Sierra de la Torrecilla.

Además, un nuevo incendio causado también por un rayo se abrió paso en la solana de la Sierra de Los Gavilanes, en Jumilla. Según informó Emergencias, los primeros avisos lo situaban a las espaldas de Las Pocicas de Aguero por la zona de Singla. Tres bomberos y dos camiones de Jumilla se trasladaron a la zona y el incendio no alcanzó mucha fuerza.

Daños en zonas ZEPA y LIC

Lorca se enfrenta al incendio más grave del municipio de los últimos once años. Las llamas, según fuentes del Ejecutivo regional, calcinaron unas 300 hectáreas de pinar, monte bajo y matorral en la sierra del Almirez, de titularidad municipal. La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, aseguró que las llamas afectaron al LIC (Lugares de Importancia Comunitaria) y a la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) Sierra del Gigante-Pericay, Lomas del Buitre-Río Luchena y Sierra de la Torrecilla. Entre la vegetación de este espacio, con fuertes pendientes, se encuentran pinares, sabinares y retazos de carrascal. En cuanto a la fauna destaca el águila real, el búho real y el halcón peregrino, así como la tortuga mora y el galápago leproso. Martínez-Cachá resaltó que «este espacio es un pulmón de la zona norte de Lorca, referencia de las pedanías altas, como Zarcilla de Ramos».

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El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, lamentó que «ha ardido una zona boscosa de mucho valor, con pinos de más de 90 años». Su mayor preocupación, explicó, era que el fuego pudiera llegar a la sierra del Pericay y al río Luchena porque en ese caso «el desastre habría sido aún mayor y habría habido muchas dificultades para extinguirlo».

Salvador Fernández, vecino de Zarcilla de Ramos, lamentó que «a los que tenemos ganado nos afecta porque se han quemado pastos y los animales están nerviosos». Este ganadero tiene 1.400 cabezas de ganado, entre ovejas y cabras, que tuvo que sacar de los corrales y llevar a un lugar seguro «porque el fuego se estaba acercando cada vez más y me daba miedo que prendiera una chispa». Juan López, otro vecino, se lamentaba del fuego. «Me da mucha pena porque he recorrido ese monte mil veces».

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En esta sierra de Lorca se desplegaron ayer 200 profesionales, 73 vehículos y 3 medios aéreos, según informó la consejera de Presidencia, María Dolores Pagán. El presidente regional, Pedro Antonio Sánchez, también siguió ayer los incendios en primera línea.

Manuel Páez, técnico responsable de la Unidad de Defensa Contra Incendios Forestales y director de extinción, explicó a 'La Verdad' que las labores en Lorca estaban resultando muy complejas porque a lo largo del día los focos se fueron reavivando y «ha habido que actuar inmediatamente para mantenerlos bajo control». Según explicó Páez, los trabajos se centraron sobre todo en los medios aéreos, con seis helicópteros, dos aviones anfibios, una avioneta de carga en tierra y una avioneta de coordinación. A partir de ahora «queda mucho trabajo para las brigadas terrestres» porque «hemos actuado mucho, pero muy rápido y ahora tienen que asegurar todo el perímetro antes de darlo por controlado».

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La Comunidad solicitó en la noche del jueves la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con base en Valencia, que desplazó a 223 efectivos. Ángel García, capitán de la UME, explicó que trabajan en dos turnos de relevo y su actuación fue ante todo terrestre, pero «se ha visto complicada por el viento y la subida de la temperatura». García destacó que esta unidad contribuyó en la extinción «con mucha gente y muchos medios a la vez que aporta mucha fuerza en el momento clave».

«No se recuperará nunca»

En Cieza trabajaron ayer 188 efectivos, con 61 vehículos y un medio aéreo, para intentar contener los fuegos en la sierra de la Palera, del Almorchón y La Serreta. Martínez-Cachá explicó que las llamas ya habían afectado a 356 hectáreas el primer paraje, de titularidad pública, y a 50 hectáreas en el Almorchón (Calasparra), que es de propiedad privada. Se trata de zonas LIC y ZEPA en los que se encuentran especies como el pino carrasco y hábitats prioritarios de las riberas fluviales de los ríos Segura y Benamo, que cuentan con bosques de ribera mixto con orlas de zarzal, cañaveral y tarayal, alamedas, saucedas, fresnos y olmos. Además, señaló Martínez-Cachá, «es una zona de aves rapaces, que en estos momentos afortunadamente no están en época de nidificación». La consejera aseguró que el fuego no había afectado al Cañón de Almadenes. La consejera recalcó que la Administración regional realizará una «evaluación exhaustiva» de los daños.

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Desde Ecologistas en Acción hicieron hincapié ayer en que las llamas sí que habían llegado al citado cañón, espacio natural protegido. Su portavoz, Rubén Vives, aseguró que este incendio «es una pena» y lamentó que los pinares y sabinares de la zona «no se recuperarán nunca» por la falta de agua en la zona y su proceso de regeneración. José Antonio Herrera, portavoz de la organización en Cieza, hizo hincapié, además, en los daños que el fuego puede haber generado en cuatro cuevas de la zona, que albergan pinturas rupestres del paleolítico «únicas en la Región».

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