Una 'runner' con orgullo murciano

María del Carmen Ayala Lova. Presidenta de la Asociación de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Murcia (Ashomur). «Tengo que correr todos los días por lo menos una hora; es algo saludable y terapéutico», sostiene la directora del AC Hotel desde hace trece años

Fernando Perals

Lunes, 15 de junio 2015, 13:28

No olvida su raíces archeneras, ni el olor del guiso de arroz con habichuelas que cocina su madre en aquel rincón del Valle de Ricote. María del Carmen Ayala Lova (Madrid, 1966) es la nueva presidenta de la Asociación de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Murcia y directora del hotel AC de la capital desde 2002, lo que la convierte en una de las gerentes del sector con mayor experiencia en el puesto. También ostenta la vicepresidencia de la Oficina de Congresos.

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Estudió Turismo en Madrid, donde recalaron sus padres recién casados. Allí también nació su hermano mayor. La pequeña es archenera. El vínculo familiar siempre la mantuvo unida a Archena, ya que inevitablemente, en vacaciones o en las fiestas, regresaban a la localidad del Valle de Ricote. Y aunque a veces echa en falta el ajetreo de la gran urbe, reconoce que vivir en Murcia es «un auténtico placer; tener la posibilidad de venir cada día al trabajo andando, sin atascos ni retenciones, no tiene precio. Esto no lo podría hacer en la capital de España».

Apasionada por el sector turístico, hace 13 años afrontó como un reto situar al hotel AC como referencia, ya que la Murcia de entonces no era la misma. «Todos nos decían que estábamos muy lejos del centro urbano, cuando ése era uno de los principales valores que queríamos impulsar: estar en el extrarradio». Antes, durante diez años, había trabajado en la Cámara de Comercio, ayudando a las empresas a abrirse camino en el exterior. Con tal motivo visitó más de 40 países, ayudando en ferias y eventos comerciales.

Lleva, con mucho orgullo, la murcianía por bandera. Asegura que para vender la capital de la Región huiría de los iconos tradicionales, como la Catedral. «Todos la conocen por los libros, como la gran tradición de la imaginería barroca que existe aquí. La bondad, simpatía y singularidad de sus gentes, la hospitalidad con que recibe al visitante, la vida en la calle, el ambiente de las plazas, la gastronomía...». Asegura que éste es el auténtico valor de sus raíces, porque «hay que ser más patriotas en la defensa de lo nuestro y creernos más lo que estamos ofreciendo».

Carmen (como es más conocida) es una amante de los deportes. No desaprovecha cada momento para dar unas brazadas en la piscina y correr, actividad que estima imprescindible para romper la rutina. «Tiene una función saludable y terapéutica. Tengo que correr todos los días por lo menos una hora». También le gusta pasear por las playas, así como recorrer los senderos del Valle de Ricote, «uno de los lugares más preciosos del mundo».

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Fanática del baile -escucha desde pop hasta el rock más convencional- también le entusiasma viajar. No desaprovecha la oportunidad para hacerlo junto a su pareja y sus amigos, sobre todo a Londres, donde permaneció un año en su juventud sumergiéndose en la lengua de Shakespeare, y a París, que será su próxima escapada. Eso sí, siempre fuera de temporada, porque el trabajo manda y no se puede alejar mucho de Murcia. «El hotel abre los 365 días del año y hay muchas obligaciones». Otro de sus rincones predilectos es La Manga del Mar Menor, a donde se escapa en verano con sus padres. Es la única época en la que puede coger un libro y disfrutar de la literatura. Y sobre este enclave se pregunta: «¿Cómo es posible lo que se ha hecho allí? No se ha sabido enfocar este gran lujo que tiene la Región». No se siente orgullosa del estado en el que se encuentra este lugar a pesar de «tener cosas incomparables, como los dos mares y que todo el mundo tenga una buena vista desde sus casas». Alerta de que existen bastantes desventajas, como la forma de sufrir el tráfico cada día, la falta de servicios o de un paseo junto al mar, «un núcleo urbano donde todos nos concentramos», y la molesta aparición de algas. «Hay que mantener siempre limpia la playa. Todo se debe a que se ha construido muy desordenadamente», afirma.

Ayala sigue estudiando. Ahora prepara un Máster en Gestión y Dirección Hotelera, «para actualizar mis conocimientos», y francés e inglés con profesores nativos, «para estar permanentemente formada». Además, se considera una cocinillas y se pirra por los platos de cuchara. «Como cocino muy poco, intento superarme cada vez». Según sus amigos comensales, le sale a la perfección el cocido madrileño, la carrillera, el solomillo con salsa de ciruelas y la merluza con salsa de trufa. «Intento hacer algún pinito. ¡Y como sé que me van a hacer palmas...!», dice sonriente. Pese a todo, le sigue teniendo un cariño especial al arroz y habichuelas, «que me recuerda al aroma de la tierra y de nuestras raíces».

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Con suprema delicadeza discute sobre si hacen falta más plazas hoteleras en Murcia. «En lo que llevamos de año, los establecimientos no llegamos al 50% de ocupación. Sería un desacierto absoluto construir más hoteles, porque podrían desaparecer algunos negocios. No tenemos que mirar una fecha concreta, como la de la celebración del festival SOS 4.8, ni cuando nuestra ciudad acoge algún congreso numeroso. El resto del año también tenemos que estar abiertos». Recalca que lo que de verdad faltan son unas mejores infraestructuras y poseer buenas comunicaciones, como el AVE y el aeropuerto de Corvera. «Y, sobre todo, que estén pronto».

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