«A lo mejor resulta que no estoy tan loca como creo»

'Adagio Tour' es la última delicia de Mónica Naranjo. Un espectáculo alejado de la electrónica, con una extraordinaria sinfónica, que incluye los principales éxitos de su carrera. Se trata de la última gran sorpresa de una diva, artista integral donde las haya, que siempre sorprende al público. Diferente, pero como siempre impactante, Mónica Naranjo actuará el sábado en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas, acompañada por la Symphonic Film Orchestra de Madrid, donde ofrecerá una 'performance' que mezcla música y teatro con paisajes instrumentales compuestos especialmente para esta nueva aventura. Esencia de la singular propuesta, una muñeca, Alma, a la que no deben perder la pista. (Esta entrevista se puede escuchar hoy sobre las 13.30 en Protagonistas Murcia de Punto Radio, 106.9 FM).

-¿Es 'Adagio Tour' su última locura?

-Sí, de todas las locuras que he hecho en mi vida, ésta es la mayor. Este es un oficio en el que tienes que seguir evolucionando y a veces las ideas que pasan por mi cabeza parecen un poco disparatadas, pero luego se entienden, así que... a lo mejor resulta que no estoy tan loca como creo.

-Su anterior trabajo, 'Tarántula', fue una lucha por la liberad de expresión, ¿y 'Adagio'?

-Es el resultado de algo que me debía a mí misma. Cuando me decidí a volver a mi trabajo después de años de exilio, de autoexilio en este negocio, me prometí que iba a volver, pero a hacer lo que yo sentía. Sentí hacer 'Tarántula' y lo hice, y sentí hacer 'Adagio'. Sentía la necesidad de volver a mis orígenes, ya que mi formación es clásica. En México hice teatro muchos años. La cercanía y el aprendizaje que tienes en un teatro no lo tienes en un gran estadio.

-El concierto que recoge el álbum fue grabado con la orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. En este caso estará acompañada de la Symphonic Film Orchestra de Madrid.

-Sí, en los tiempos que corren es muy difícil ofrecer un concierto con una sinfónica y mucho más que te pueda acompañar de arriba para abajo, así que se pide a los compañeros de cada país que arropen las canciones y, gustosamente, dan lo mejor de sí.

-'Adagio Tour' es un espectáculo en el que se invierten los papeles, ya que la orquesta acompaña a la artista y no viceversa

-Es un lujo. Poder decir 'yo llevo una orquesta y me siguen cuando canto', eso para las intérpretes es la mejor de las joyas. En cambio, cuando se actúa en sitios grandes los intérpretes somos esclavos de una programación que no para, entonces tampoco se nos permite expresar, interpretar, ni dar a conocer personajes que en un teatro sí se puede porque hay tiempo; es más, el tiempo no importa en un teatro, lo único importante es que siga el espectáculo.

Celebrando el Año Nuevo

-De hecho el espectáculo dura dos horas. Será el 2 de enero, una fecha muy especial.

-Me apetecía trabajar este día, qué mejor manera de celebrar un Año Nuevo que dando un concierto. Muchos amigos me dijeron que iba a estar mejor en casa.

-Sí, porque, ¿tiene familia?

-Sí, pero me la llevo, me acompañan. Mi hijo no tiene colegio y mi marido va siempre conmigo… Es la mejor manera de comenzar el año, con un aplauso, es impresionante.

-Pocas artistas pueden presumir de ser grandes divas y tener el respeto de crítica y público. Usted es una de ellas y, para más inri, lo ha ido alimentando durante 15 años.

-Por ello yo me siento muy bendecida, muy querida y muy respetada. Yo, en los últimos años, nunca antes me había sentido así y esto es un regalo para una artista. Me resulta difícil explicar qué siento cuando oigo calificaciones de este tipo, porque en los teatros, al estar tan cerca, hay personas que te dicen cosas muy bonitas y me emocionan de veras.

-¿Como por ejemplo?

-El tener a alguien a tres metros y ver que se emociona, llora y hace todo lo posible para que la persona que tiene al lado no lo vea. Son cosas muy bonitas que nunca había experimentado.

-Canciones como 'Sobreviviré', 'Ámame o déjame' o 'Desátame' cobran más intensidad en esta puesta en escena. ¿El espectáculo está muy medido o tiene cabida algo de improvisación?

-No, es un espectáculo cerrado, no se puede, somos fieles a un guión, a una historia. Realmente no es un concierto al uso, es una obra de teatro musical y estamos sujetos a las andanzas de la verdadera protagonista, que es una marioneta. Ha sido una lástima porque muchísima gente me preguntaba por qué no cantas ésta y por qué no la otra, ¡qué más quisiera! Es una pregunta para el director artístico, no para mí; yo simplemente ejecuto.

-¿Qué me dice usted de su imagen?: está más latina, dulce, sofisticada, menos agresiva que en otras ocasiones.

-Es que el personaje es muy vulnerable, muy frágil, la agresividad no existe en ninguna de las andanzas. Es una historia que simplifica la vida y la muerte y lo que sucede en ese viaje hasta la muerte. Al final, con el paso de los años uno se da cuenta de que donde mejor está es en casa con los suyos.

-Y su público, ¿debe ir con alguna predisposición?

-Siempre se me ha dado fatal venderme. Lo único que se me da bien es cantar. El espectáculo está hecho con todo el cariño del mundo por parte de todo el equipo. Nos hemos juntado unos pobres locos que seguimos amando el arte, que esperamos tener futuro y poder hacer diez adagios más. Los artistas nos podemos tirar toda una vida buscando nuestro sitio, y yo tengo la fortuna de haberlo encontrado. Esto es un punto y seguido, habrá otras grandes historias que contar en los teatros, porque es lo único en la vida que artísticamente me llena.

-Un deseo para 2010.

-Mucha salud; sin ella no vamos a ninguna parte.