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Panorámica de la calle Gisbert. / P. SÁNCHEZ / AGM
Cartageneros en el Callejero - Lope Gisbert y García Tornell

A la calle Gisbert se le llamó la Gran Vía

Las obras para abrir el monte comenzaron en 1878 y veinticinco años después fue abierta

POR: JOSÉ MONERRI

Lunes, 5 de octubre 2009, 10:51

Había nacido en Murcia pero fue decisivo para que Cartagena se abriera al mar por la calle que lleva su nombre. Se trata de Lope Gisbert y García Tornell, político y hacendista que nació en Murcia en 1823 y que como subsecretario de Gobernación tuvo una intervención fundamental para que una obra decisiva se llevara a efecto.

El inolvidable Isidoro Valverde dedica un capítulo de su , a esta vía urbana que titula . Y escribe: «Hacer la original calle de Gisbert supuso un trabajo de romanos. Fue preciso intervenir quirúrgicamente, sin contemplaciones, nada menos que a un monte para sacarle las entrañas. El monte quedó con esa necesaria y profunda herida cuyos bordes aún no se han cicatrizado del todo».

En el año 1864, acordó el Ayuntamiento alargar en línea recta la calle de la Caridad y darle salida por la Muralla del Mar. Como casi siempre ocurre, este proyecto se olvidó. Trece años después, don Cirilo Molina y Cros, a la sazón alcalde de Cartagena lo puso encima de la mesa.

El arquitecto Carlos Mancha

La apertura de esta calle se hizo posible merced al padrinazgo de un murciano, don Lope Gisbert, subsecretario del ministerio de la Gobernación y valedor del proyecto en Madrid. El proyecto presentado por el Ayuntamiento, obra de su arquitecto don Carlos Mancha, fue aprobado por Real Decreto de 27 de mayo de 1878 y, por un milagro poco frecuente de agilidad administrativa, se inauguraron las obras tres días después.

Como no se trataba de construir sino de destruir, las obras no comenzaron con la absurda ceremonia de colocar la primera piedra, sino con la de quitarla, labor que - con el consabido zapapico de pala de plata tallada y astil de ébano y coco, también tallado- comenzó, de mentirijillas, don Lope Gisbert y continuó, ya en serio, una brigada de obreros municipales. La apertura de la calle fue una realidad en el año 1903.

Puede sorprender un poco - dice Pérez Rojas- equiparar la calle de la Caridad de Cartagena y su prolongación con la de Gisbert, con arterias tan notables y monumentales como la Gran Vía de Madrid o la Gran Vía de Granada. En 1887 la Gaceta Minera y Comercial, junto al resto de la prensa, titulaba «La verdadera Gran Vía». Al realizarse las obras desapareció un barrio humilde, de no muy buena reputación, denominado Mundo Nuevo.

El túnel de la muralla

Inauguradas las obras y comenzadas con gran entusiasmo, antes de terminar el año 1878 -como escribe Federico Casal- quedó abierto el túnel por debajo de la Muralla del Mar. Un túnel al que los cartageneros han denominado siempre . Con la apertura de la calle desaparecieron las plazas de San Leandro y Escipión y las calles de Buenavista, Ifre, Santa Ana, Negros y parte de la de La Linterna, que constituían el citado barrio.

Fue en el año 1900 cuando el Ayuntamiento acordó construir el edificio de las Escuelas Graduadas, que proporcionó a Cartagena el honroso calificativo de la Covadonga de la Enseñanza. Hacia la mitad de la calle, por su derecha, se hallan horadados en el monte los refugios, que acogieron, durante los bombardeos de nuestra última guerra, a los despavoridos cartageneros.

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