CUESTA ARRIBA. Tres senderistas a punto de llegar a la batería de Castillitos, en mitad del recorrido. / PABLO SÁNCHEZ /AGM
POR LA RUTA DEL SENDERO GR92 QUINTA ETAPA: EL PORTÚS-LA AZOHÍA-ISLA PLANA

Por calas y baterías

Expertos senderistas completan en más de ocho horas un complicado y duro sendero entre El Portús e Isla Plana

PEDRO CONESA

Sábado, 13 de septiembre 2008, 03:08

Quien se atreva a explorar estos parajes se encontrará con una de las zonas mejor conservadas del municipio, donde las baterías de costas y las numerosas calas hacen olvidar el ruido de los coches. La última ruta en que La Verdad acompaña al concejal de Turismo, Javier Herrero, y a técnicos municipales recorre uno de los senderos más difíciles y bonitos de la zona. Desde la playa de El Portús, a través de una zona marítimo-terrestre, se puede comprobar el estado de todas las fortalezas militares y la belleza de los paisajes de Cabo Tiñoso a los largo de 27 kilómetros.

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La aventura comienza a las siete y media de la mañana en la playa de El Portús. Hoy el equipo está preparado y un fuerte desayuno y tres litros de agua en la mochila dan fuerzas para afrontar la etapa más dura.

Tras más de una hora de empinadas cuestas se llega al collado de la Aguja (240 metros). Ahora toca bajar a la cala Aguilar por un sendero militar. Sus tranquilas aguas invitan al baño, pero todavía queda mucho trayecto.

Caminos peligrosos

En esta zona, parte del sendero transcurre por la finca privada La Muela; sus propietarios advierten que es necesario pedir permiso para cruzarla y, además, responabilizarse de cualquier accidente que pudiera ocurrir en sus abruptos caminos.

Pronto se llega a Boletes, donde un antiguo y bien conservado cuartel de la Guardia Civil recibe a los caminantes. Desde ahí se baja a la cala con aguas transparentes y en buen estado. Se llevan más de tres horas y siete kilómetros recorridos.

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Por la rambla de Boletes, la ruta conduce hacia el Cantalar. Antes hay que atravesar un corrimiento de rocas con un complicado laberinto de riscos y un antiguo pozo, hoy totalmente tumbado que indica que no hace mucho hubo un movimiento de tierras.

Al pasar el Cantalar, una pista militar abandonada conduce hacia Cala Salitrosa, la última del recorrido, en dirección a Castillitos. La subida hasta la fortaleza militar presenta las mejores vistas de todo el recorrido. Sorprende los acantilados y los pinos que nos muestran el esplendor de Cabo Tiñoso, una de las mejores zonas naturales del municipio.

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La llegada a la batería es gratificante. La expedición hace una parada obligatoria. El fuerte desgaste debido a las empinadas cuestas obliga a un pequeño respiro con refrescos y empanadillas. Todo un lujo después de haber recorrido más de doce kilómetros en cinco horas y media.

Los caminantes dejan Castillitos por la carretera de acceso, que pasa cerca de las antenas repetidoras de televisión, donde se alcanza la cima más alta (334 metros), cerca del pico de la Picadera. Ahora, la mayoría de los tramos son descendentes.

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La senda recorre una antigua ruta militar hacia la torre de Santa Elena. En este punto se unen miembros de la Asociación de Vecinos de La Azohía, Juan José Heredia y José Heredia; de La Chapineta, José Bustamante; de Isla Plana, Alfonso Pérez y el presidente de la Junta Vecinal de La Azohía, José Mendoza, quienes acompañan a la expedición a lo largo del paseo marítimo.

Son más de las tres de la tarde y tras 27 kilómetros hay que analizar la senda. La falta de señalización, carteles, la delimitación de zonas de paso de la zona marítimo-terrestre y la recuperación de antiguos caminos militares son las medidas que el concejal Herrero tiene previsto realizar.

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Ahora toca reponer fuerzas. Un restaurante local ofrece un menú a base de pescado típico de la zona. Salazones, calamares y lecha de la zona y atún de hijada son los platos que ayudan a reponerse del esfuerzo.

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