Paco Gómez sacó de la UVI al 'Cartago' de Luis Oliver

Florentino Manzano, omnipresente en el fútbol cartagenero -cerca de un cuarto de siglo en cargos de responsabilidad, primero como empleado y después como dirigente- observó que la continuidad del Cartagonova FC bajo su dirección ya no era factible en el plano financiero y en 2002, al intentar buscar soluciones y despedirse, localizó a Luis Oliver a modo de tabla de salvación. En los primeros días de junio se realizó la llamada transmisión de poderes y el traspaso de la gestión costaba 1.200.000 euros (doscientos millones de pesetas).

«Con esta transmisión, que no es venta, yo no gano dinero, en contra de lo que se ha dicho por ahí», manifestó Florentino Manzano, el fundador del Cartagonova FC, que se escudaba en los resultados de una auditoría. Tres años después de que sufriera los efectos del Cordobazo, el fútbol cartagenero tomaba un nuevo giro. El tiempo se encargó de demostrar que fue a peor. La corta etapa de Luis Oliver, algo más de un año, estuvo colmada de incumplimientos y despropósitos. Faltó seriedad en casi todos los órdenes, los jugadores y demás empleados no percibían sus emolumentos y lo que en resumen Oliver y su equipo directivo hizo fue vender humo.

A la larga, proporcionaron trabajo a los Juzgados cuando al llegar la etapa de Paco Gómez se destaparon varias cuestiones vidriosas, algunas de las cuáles siguen pendientes en los tribunales. Valga el ejemplo de un joven jugador colombiano, Lenin Flores, de 17años, que sin desplazarse a Cartagena, figuraba como objeto de una operación económica. Otro dato es el del fichaje del argentino Astudillo, al que Oliver dio de baja anticipadamente pero asumiendo por parte del club albinegro todo el contrato.

De Xerez a Cartagena

¿Quién era Oliver y qué había hecho anteriormente en el fútbol? Manzano fue a localizar al empresario navarro tan pronto supo que había dejado de ser el responsable del Xerez, desde el que había mantenido una guerra dialéctica con el alcalde jerezano Pedro Pacheco. Luis Oliver había ingresado 600 millones de pesetas por la venta de la entidad jerecista y Florentino Manzano intuyó que el navarro era la persona idónea para reflotar el Cartagonova.

Oliver no le hizo ascos a su desembarco en Cartagena, ciudad a la que llegó diciendo que él no tenía inmobiliarias ni ponía ladrillos. Aceptó las condiciones del traspaso (junio de 2002) y nombró presidente a Manuel Feito.

Al llegar, Oliver tiene que afrontar el pago de la deuda en la AFE y hay un desembolso de 72.000 euros para evitar el descenso del equipo. Simultáneamente termina de reunir una plantilla de jugadores que tropiezan muy pronto con el problema del dinero, cómo no. Comienza la Liga en septiembre y los futbolistas aún no han percibido sus salarios de julio y agosto. Se alarman y Oliver declara que «adeudar un par de meses a los jugadores es lo más normal. Ocurre en esta categoría y también en Primera».

Quiso fichar a Juanmi

En la cumbre del atrevimiento y para animar la campaña de altas de abonados, Oliver intenta el fichaje del meta cartagenero Juanmi, quien terminaría siendo contratado por el Deportivo, y acaba reuniendo un buen grupo de jugadores que, a la hora de la verdad, no se ven correspondidos. Están Mariano, Yepes, Huegún, Iván Iglesias y el argentino Verón.

El técnico Pepe Murcia, hoy al frente del Celta, que a las primeras de cambio se solidarizó con las quejas de sus jugadores respecto a la no percepción de los sueldos, fue destituido después de la primera jornada de Liga -con triunfo por 3-1-y el encargado de ocupar la vacante fue Juan Señor, que había preparado a Mérida y Salamanca, pero que no terminó de cuajar en el proyecto.

Sin posibilidad de llevar a cabo su proyecto, Oliver declara sentirse engañado, pone en tela de juicio los números presentados inicialmente por Manzano y sale de mala manera. En el inicio del verano de 2003 se rumorea la entrada en escena del Ciudad de Cartagena pero lo que cuaja es la posibilidad de que el empresario de Jacarilla, Paco Gómez, de una solvencia económica fuera de toda duda, aterrice en territorio cartagenero para levantar el club y realizar algunos proyectos urbanísticos. Estos últimos continúan siendo problema para el inversor.

Gómez se hace cargo del Toledo y simultáneamente pone en órbita el Invercón hacia la primera quincena de julio de 2003, con el oriolano Machuca en la función de entrenador. Se habla de un traslado de la entidad toledana, como sociedad anónima, pero lo que culmina es, después de presiones, la renuncia voluntaria de Oliver como gestor del Cartagonova FC, que termina convirtiéndose en el FC Cartagena una vez que Paco Gómez toma el mando y saca la goma de borrar deudas. La renuncia de Oliver se lleva a efecto el 19 de julio y el nuevo responsable tiene que hacer frente a 43 demandas ante la AFE por un total de 1.464.110 euros. El nuevo presidente salva la situación. El club está hoy saneado.