Olas gigantes arrasan el Cantábrico
R.S.
Miércoles, 12 de marzo 2008, 01:43
«Lo nunca visto». Esta era la frase más repetida ayer en numerosas poblaciones costeras de Galicia y el Cantábrico, afectadas por uno de los temporales más intensos de los últimos años, con rachas de viento huracanadas y olas superiores a los 11 metros. Aunque los daños son cuantiosos y se contabilizan en todo el litoral, ha sido el País Vasco la comunidad más afectada, con un trabajador muerto en Durango (Vizcaya) por el vendaval y al menos medio centenar de embarcaciones hundidas en San Sebastián, donde también se vio afectada la barandilla de La Concha.
Decenas de vecinos de poblaciones costeras de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco se esforzaban ayer por intentar recuperar la normalidad en sus viviendas y negocios, afectados por inundaciones y destrozos a causa del temporal, que alcanzó su máxima intensidad entre la 6;30 y la 7 de la mañana, coincidiendo con la pleamar. Fue con la llegada de la luz del día cuando se comprobó la magnitud del desastre.
Una de las provincias más afectadas fue Guipúzcoa. Los efectos del temporal fueron especialmente visibles en San Sebastián. La barandilla de La Concha sufrió daños de consideración y la fuerza del mar dejó al descubierto bloques de piedras de una tonelada. Las Plazas de La Zurriola y Ondarreta sufrieron desperfectos y al menos medio centenar de barcos se hundieron en el puerto deportivo. El agua entró en las calles adyacentes y en la parte vieja, dañando el Ayuntamiento y llevándose por delante farolas, contendores, decenas de coches y mobiliario urbano. Garajes y bajos comerciales sufrieron inundaciones y el mercado de San Sebastián permaneció cerrado.
Bajos inundados
En Vizcaya, los puertos de Bermeo y Ondarroa fueron los más afectados. La marea de las siete de la mañana rompió los 25 metros que quedaban del espigón del rompeolas de Bermeo, dañado el pasado 10 de diciembre y destruyó el pretil en otros 200 metros.
Las olas sobrepasaron el dique de contención y el contradique e inundaron locales comerciales, bajos y vehículos. Un número indeterminado de embarcaciones rompieron amaras y se hundieron en el puerto. Una situación similar se vio en Ondarroa, donde las olas dañaron los edificios próximos al rompeolas y dejaron fuera de servicio las balizas.
Una mujer tuvo que ser rescatada en Bakio tras quedar atrapada en su vivienda después de que se desbordara en río. La ertzaintza derribó un tabique y la puso a salvo. Además, el viento parece estar en el origen del accidente laboral que costó la vida a un trabajador de 19 años en Durango (Vizcaya). El joven falleció al caerle encima un cristal de 1.500 kilogramos de peso.
Olas de hasta siete metros causaron cuantiosos daños en arenales de la costa de Santander. Varios hoteles y restaurantes ubicados en el barrio de El Sardinero sufrieron importantes desperfectos y parte de sus instalaciones se vieron inundadas. El agua hizo estragos en el aparcamiento de un hotel de la zona y llegó a desplazar los vehículos estacionados, llegando uno de ellos a atravesar los cristales del restaurante hasta quedar totalmente dentro de éste.
En Galicia, los vientos huracanados llegaron a alcanzar los 132 kilómetros por hora en puntos del litoral, con olas de hasta 10 metros de altura que afectaron también a varios puertos de la Costa da Morte coruñesa y de A Mariña lucense. En A Coruña un hombre resultó herido al ser arrojado contra las rocas de Punta Herminia, cerca de la Torre de Hércules.
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