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Juan Roig Valor
Jueves, 30 de noviembre 2023, 09:01
Cuando una empresa de relojes suiza y un fabricante alemán de coches se juntan, lo lógico es pensar que van a construir un producto caro, preciso y, ante todo serio. En cambio, lo que llegó al mercado en 1998 fue el Smart.
Este pequeño biplaza ... fue ideado como el argumento racional para la movilidad urbana. Batalla corta para maniobrar con facilidad en las calles estrechas y un tamaño reducido para aparcar con facilidad. La potencia del motor llegaba a los 41 caballos, que es menos del límite que contempla el carné de motos.
Los ingenieros centroeuropeos no contaban con que los compradores de coches querían símbolos de estatus y que cada vez se venderían coches más grandes, pesados y difíciles de aparcar. Como tal, se estima que Smart perdió unos 4.000 millones de euros entre 2003 y 2006.
Hubo varios intentos de rediseñar la marca para llegar a los intereses de los clientes, lanzando modelos deportivos, como el Roadster de tracción trasera, o el Forfour, preparado para llevar a cuatro personas. Incluso se barajó hacer un SUV en Brasil, llamado Formore.
Sin embargo, no pudo ser. La decisión final fue la de vender el 50% de la marca al consorcio chino Geely, que también es la matriz de Volvo, Polestar, Lotus o Zeekr. Su primera decisión fue la de crear un SUV eléctrico de cinco plazas, el #1, con diseño cuadrado y juvenil.
Este, además, podría venir aparejado a un motor de altas prestaciones en su acabado Brabus con 315 kW (422 caballos), lo que le permitía alcanzar los 100 km/h en menos de cuatro segundos.
La segunda entrega de Smart, llamada #3, usa la misma plataforma mecánica que su antecesor, pero ha cambiado su diseño para pasar de ser un SUV cuadrado a un sinuoso SUV coupé. Ha sacrificado espacio en el techo –sigue siendo lo suficientemente alto– por unas líneas curvas mucho más atractivas y para el público generalista.
El Smart #3 está disponible con dos motorizaciones, la ya mencionada Brabus y otra de 200 kW (268 CV), así como dos baterías. La primera es la más asequible de litio-ferrofosfato de 49 kWh, que brinda 325 km de autonomía en ciclo combinado WLTP, y la segunda, de níquel, cobalto y manganeso de 66 kWh, que llega hasta los 435 kilómetros (415 en la versión Brabus por la potencia adicional).
El comportamiento del #3 es decididamente deportivo, con una aceleración impresionante. Eso sí, hay que tener mesura a la hora de pisar el acelerador, porque es tan divertido que no se alcanzarán los consumos homologados.
En el interior, hay poco cambio con el #1: el interior sigue siendo moderno y espacioso, con una gran pantalla que domina el centro del salpicadero. Al principio puede parecer abrumadora la cantidad de información que hay en la pantalla, pero es fácil hacerse con los controles del vehículo rápidamente.
El Smart #3 cuenta con cinco versiones de acabados, que van, en orden ascendente de precios y equipamiento, así: Pro, Pro+, Premium, 25 Aniversario y Brabus. La principal diferencia es el motor y la batería.
Los pedidos ya están abiertos y llegarán al mercado español a finales de este año. El resto de países europeos los recibirán en 2024. El precio todavía no está confirmado, pero en Alemania, la versión Brabus se vende por 51.000 euros.
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