Ana de Dios
Martes, 26 de marzo 2024, 20:24
Si bien el combustible ya no alcanza los desorbitados precios que batieron récords en lo peor de la crisis energética ocasionada por la guerra de Ucrania, todavía no se ha conseguido recuperar las cifras anteriores. Por ello, echar gasolina a un vehículo todavía sigue suponiendo un desembolso importante para los conductores. Para no tener que ir a repostar de manera continúa y ahorrar a la hora de coger el coche, la Dirección General de Tráfico (DGT) da una serie de consejos.
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Según el organismo, una de las «mejores bazas» para reducir el consumo, independientemente del tipo de motor, es la conducción eficiente. Unas recomendaciones que, además de permitir «ahorrar hasta 500 euros al año», también reduce las emisiones y alarga la vida útil del vehículo y de sus elementos.
La DGT asegura que estos dos aspectos son los «más importantes e imprescindibles», ya que sin ellos el resto de consejos no van a funcionar «con la misma eficacia». Por ello, es «esencial» la puesta a punto en el taller, «sobre todo a los modelos de mayor antigüedad».
En cuanto a los neumáticos, la «clave» es llevar la presión adecuada. Según el RACE, «conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la recomendada por el fabricante hace que el consumo aumente en un 2% en áreas urbanas y un 4 % en las interurbanas». Asimismo, en el caso de viajar muy cargado hay que aumentar dicha presión con la referencia del fabricante indicada en la tapa de la gasolina o en el marco de la puerta, ya que si no, además de en el consumo, también repercutiría en el desgaste. Probablemente, un dato que muchos desconocían es que existe un tipo de gomas que reducen hasta un 3%.
Las marchas también tienen cierta influencia en el gasto de combustible. Conducir en la marcha más larga posible reduce el consumo, ya que los motores actuales permiten y responden bien, aunque circulemos en marchas largas a muy bajas revoluciones con el motor muy desahogado y consumiendo lo mínimo.
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La DGT señala que está comprobado que entre el 30 y el 50 % del gasto de combustible depende de la manera de conducir de su propietario. Por eso es necesario seguir unas pautas. Por ejemplo, conducir a una velocidad moderada y constante, sin altibajos ni cambios constantes de ritmo, y mantener la distancia de seguridad, lo que nos permitirá circular a una velocidad constante sin tener que ir pendiente del freno.
En la salida de los semáforos se debe acelerar de una manera progresiva y cambiar aprovechando el mejor rendimiento del motor. También, si es posible, anticiparse y dejar de acelerar al ver a lo lejos un coche, un camión o un autobús que circula más despacio para llegar con inercia en retención sin gasto de combustible.
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Llevar el aire acondicionado conectado sin necesidad supone que el consumo aumente entre un 10 y un 20 %. Las ventanillas deben ir cerradas en carretera y es que todo lo que rompa la aerodinámica de un vehículo está asociado irremediablemente a consumir más.
En cuanto al maletero, quizás, este es un detalle al que nadie se ha percatado, pero en caso de que se quede pequeño, es mejor recurrir a baúles o portaobjetos de techo cerrado. Mientras que poner los bultos «sin orden» en una baca con los conocidos pulpos aumenta «mucho» el consumo, además de entrañar cierto peligro.
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Antes de emprender un viaje es aconsejable consultar el estado de la carretera. En la web de la DGT podrás encontrar información, a tiempo real, sobre posibles incidencias en tu itinerario (retenciones, obras, lluvia, itinerarios alternativos...) que evitarán gastar combustible en atascos.
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