Ana de Dios
Miércoles, 24 de abril 2024, 10:41
La Unión Europea continúa su cruzada contra la contaminación. Desde el 17 de octubre de 2023 está prohibida la venta de purpurina. Esta restricción no solo afectó a la típica idea que tenemos de este producto, también a detergentes, suavizantes, fertilizantes, productos fitosanitarios e incluso juguetes, ya que la intención era retirar del mercado las partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que sean orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación. Ahora, la UE ha dado un paso más y restringe la utilización de los colores cromados en los vehículos a partir de 2024.
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Estos tonos se caracterizan por tener un acabado metálico y que causa un efecto espejo muy usado en el mundo de la automoción. El problema es que tiene efectos negativos, tanto para la salud como para el medio ambiente. Si bien no es muy habitual ver un coche totalmente cromado, sí es cierto que hay ciertas partes o elementos que sí lo son, como las llantas o los marcos de las ventanillas.
Sin embargo, los vehículos no son los únicos que se verán afectados con esta prohibición, y es que hay otros objetos que se utilizan de manera diaria que también contienen partes cromadas, como la grifería o la cubertería.
Este tipo de pintura está compuesta por una serie de químicos que genera el cromo hexavalente, un compuesto tóxico que puede afectar a la salud. Es irritante y corrosivo de la piel y de las mucosas, aumenta la incidencia del cáncer de pulmón y senos paranasales y es un importante sensibilizante respiratorio y cutáneo.
Además, desde el punto de vista medioambiental, las emisiones contaminantes del proceso de fabricación de los cromados para el coche son 500 veces superiores a las que genera un motor diésel. Cabe recordar que la UE está intentando instaurar las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todos los países, de hecho, en España un gran número de ciudades ya han implementado esta medida que restringe la entrada, circulación y estacionamiento a turismos considerados como contaminantes. Además, la Unión Europea ha fijado para 2035 la fecha en la que se prohibirá la venta de nuevos vehículos con motor de combustión interna que operen con gasolina o diésel.
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Aquellos cuyos vehículos contengan este tipo de pintura no tendrán que realizar ningún proceso para cambiarlo, ya que, tal y como figura en el documento que recoge la prohibición, solo se aplicará a los turismos que se fabriquen a partir de 2024, no contando esta medida con carácter retroactivo.
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