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María Ramírez
Lunes, 3 de junio 2024, 12:40
La legislación establece que los propietarios de un vehículo a motor cuyo estacionamiento habitual se encuentre en España tienen la obligación de contratar un seguro de responsabilidad civil. Esto engloba a aquellos conductores que no hacen un uso habitual de su turismo a pesar de que esté dado de alta en la Dirección General de Tráfico (DGT). Por lo tanto, la ley no refleja ninguna modificación en función de la intensidad o frecuencia de uso del automóvil.
Lo habitual es que al comprar un coche nuevo se contrate un seguro a todo riesgo, debido a la gran inversión que supone la adquisición. Este tipo de póliza incluye un gran número de servicios con respecto a otras coberturas, como por ejemplo el respaldo de los daños del propio vehículo, independientemente de que el culpable sea el propio dueño, entre otros extras.
Dentro de este tipo se encuentran dos clases: con franquicia o sin franquicia. En el primer caso, el asegurado tan solo debe asumir una parte del precio de las reparaciones. Se trata de un contrato más barato que el segundo, ya que este último se caracteriza por no tener que pagar nada, salvo alguna excepción. Hay que tener en cuenta que todos aquellos aspectos que se quieran incluir en la póliza aumentarán significativamente la tarifa anual.
Por lo general, los propietarios tan solo mantienen un seguro a todo riesgo durante los primeros años del coche. Con el paso del tiempo, se tiende a incluir algún tipo de franquicia para que el precio disminuya. No obstante, hay quien tiene dudas sobre cuándo se debería realizar esta transferencia para adaptar la póliza a un turismo cuyo valor es inferior a cuando se adquirió.
Según Mapfre, el cambio suele realizarse una vez que el vehículo cumple 10 años. De todos modos, la compañía asegura que la decisión dependerá de otros factores, como el uso que se haga de él, sus características, el perfil del conductor y la capacidad económica que el propietario tenga en ese momento. A la hora de comparar tarifas, es importante preguntarse si el precio que se va a pagar y la indemnización que se percibiría en caso de siniestro total merece la pena.
No obstante, Mapfre indica que si lo que se busca es el ahorro, el conductor puede decantarse por un seguro a todo riesgo con franquicia, que sería un punto intermedio. Así, la cobertura seguiría siendo total para el vehículo y se disfrutaría de un ahorro significativo.
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