La mancha blanquecina del Mar Menor, en una fotografía tomada el 19 de mayo. Antonio Gil

Las lluvias aclaran la mancha blanca del Mar Menor, pero su evolución es una incógnita

Las condiciones ambientales de la laguna «aún no son propicias para la recuperación de hábitats y especies», advierte el IEO

Sábado, 24 de junio 2023, 07:14

La masa de agua blanquecina visible desde hace meses en el sector centro-oeste del Mar Menor ha perdido algo de turbidez en las últimas semanas: los cambios apreciados en su «estructura, composición y distribución» se deberían a los aportes de agua dulce a la ... laguna como consecuencia de las últimas lluvias torrenciales, señala el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) en su último informe sobre la situación del humedal.

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Imágenes de satélite recientes muestran cambios en la «estructura hidrográfica» de esta mancha blanca, que a mediados de mayo se extendía sobre una superficie de quince kilómetros cuadrados frente a la desembocadura de la rambla del Albujón, entre Los Alcázares, Los Urrutias y la isla Perdiguera, y que permanecía «inalterable desde hacía meses».

Los investigadores del IEO-CSIC relacionan esta alteración, que «no ha sido observada previamente», con la «actividad biológica de la comunidad planctónica, fenómeno probablemente inducido por los aportes puntuales y/o difusos de nutrientes que tienen lugar en esa misma zona».

Los expertos del Centro Oceanográfico de Murcia, con sede en Lo Pagán, siguen analizando muestras porque «todavía no están claras las propiedades, dinámica y posibles consecuencias en el ecosistema lagunar» de este blanqueamiento de la masa de agua, que aún dificulta la recuperación de la pradera marina porque impide que llegue al fondo suficiente luz solar.

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El oxígeno se mantiene en niveles «normales», por lo que no se prevé «una situación anómala crítica para el ecosistema»

El informe del Instituto Español de Oceanografía, que actualiza los datos hechos públicos en febrero, concluye que la situación general del Mar Menor está lejos de ser esperanzadora: «Las condiciones ambientales del ecosistema lagunar no parecen ser aún propicias para la recuperación de hábitats y especies cuyas poblaciones quedaron profundamente alteradas y mermadas tras el colapso de 2016», puede leerse en el estudio.

El estado de las praderas de 'Cymodocea nodosa', que aún no presentan síntomas de recuperación, «son un claro ejemplo de ello», sostienen los expertos del IEO-CSIC, que consideran «necesario el seguimiento continuado de esta y otras especies clave», como la nacra y el caballito de mar, «para poder identificar sÍntomas de recuperación a escala ecosistémica».

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Aunque la recuperación del humedal aún parece lejana, al menos tampoco parece cercano un nuevo episodio de anoxia. Los datos obtenidos a través de la boya oceanográfica piloto del sistema de monitorización del Ministerio para la Transición Ecológica revelan que el oxígeno se mantiene «en niveles normales y no indican que se esté produciendo una situación anómala crítica para el ecosistema lagunar».

Sí se advierte sobre la estratificación de la columna de agua, debido a las lluvias, con reducción de temperatura y salinidad en zonas superficiales y disminución de oxígeno en las capas más profundas.

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Otros parámetros, como clorofila, pH y turbidez –salvo en la mancha blanquecina– se mantienen en valores bajos.

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