La basura llama a la basura. Y este axioma suele cumplirse de manera infalible en el medio natural, incluso en los espacios protegidos, precisamente donde más nocivas resultan una lata, una botella o una bolsa de plástico abandonadas a su suerte de manera irresponsable. La ... Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor se propone atajar esta lacra con una medida disruptiva: retirar los contenedores para que sean los visitantes quienes saquen sus propios residuos de la naturaleza.
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De momento se trata de una prueba piloto que el Gobierno regional ensayará en primavera en las playas del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila (Cartagena), uno de los enclaves con mayor uso público de la Región de Murcia y donde en los meses de verano es necesario regular los accesos mediante un servicio de autobús público.
Esta gran afluencia de visitantes se nota en la acumulación de basuraleza, que en ocasiones excede la capacidad de los contenedores y se amontona alrededor de ellos.
Por este motivo, la Consejería pondrá a prueba la implicación de los usuarios con la conservación del parque regional entregándoles a la entrada una bolsa de basura con el objetivo de que se lleven consigo los desechos que generen.
«Este pequeño gesto por parte de los visitantes puede producir diferentes beneficios en el espacio natural, ya que permitiría retirar los contenedores que actualmente existen en el área de playas que, cuando se saturan, son fuente de dispersión de residuos y pueden provocar la modificación de los hábitos de alimentación de la fauna silvestre», explica a LA VERDAD la secretaria autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática, María Cruz Ferreira.
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«Al mismo tiempo, la retirada de los contenedores evitaría el acceso de los vehículos pesados al parque para su vaciado, por lo que supondría también una disminución de las emisiones de CO2, del polvo en suspensión y del tráfico. El paisaje de este espacio natural también se vería beneficiado por la eliminación de las infraestructuras necesarias para la gestión de los residuos», añade.
Con esta iniciativa «se pretende hacer a los visitantes corresponsables de sus residuos, facilitándoles la información necesaria y bolsas, si las necesitan, para que se lleven sus residuos, reduciendo así al máximo la huella de cada visita», detalla Ferreira.
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Para poner en marcha esta campaña se contará con el personal que cada año se contrata para la ordenación de accesos al parque regional y que desarrolla labores de control e información ambiental en los principales accesos a las calas del Parque Regional de Calblanque.
«Si se instaura con éxito esta experiencia piloto de gestión de residuos en el área de playas, se podría ampliar a otras zonas del parque e incluso a otros espacios protegidos de la Región», se propone la secretaria autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática.
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«La compatibilización de la conservación de los valores naturales con el uso público en los espacios protegidos es uno de los principales retos. Este hecho adquiere especial relevancia en lugares con alta afluencia de visitantes, como Calblanque», insiste María Cruz Ferreira, quien destaca el éxito en la regulación de otras actividades dentro del parque, como la escalada, para evitar molestias a las aves.
La Comunidad ha puesto en marcha actuaciones de mejora en Calblanque para adecuar las Salinas del Rasall, reducir atropellos de fauna y mejorar la accesibilidad a Playa Larga.
La adecuación de una de las motas del recinto salinero del Rasall implica la demolición y reconstrucción de esta franja en toda su longitud, utilizando materiales impermeables para la retención de agua, algo fundamental para potenciar la biodiversidad del humedal, informa el Gobierno regional. La nueva mota, conformada por dos muros de piedra seca ejecutados de forma manual, impedirá el paso de agua de la zona de calentadores a cristalizadores.
En paralelo, se ha contratado la redacción de un proyecto destinado a reducir la velocidad en los caminos de acceso a las playas del espacio protegido para prevenir atropellos de fauna. Serán identificados y mejorados los puntos críticos instalando nuevos reductores de velocidad y reparando algunos de los existentes.
También se está elaborando un proyecto para mejorar el acceso a Playa Larga desde el aparcamiento público del Atochar, ya que debido a los últimos temporales se ha erosionado el terreno, lo que dificulta la entrada. El proyecto está basado en generar un acceso alternativo más resistente a los efectos del oleaje.
«Cada medida tomada tiene como objetivo final preservar el ecosistema de Calblanque y garantizar su sostenibilidad a largo plazo», señala María Cruz Ferreira. Las actuaciones, que se encuentran actualmente en ejecución, tienen un presupuesto de 53.100 euros y están financiadas con fondos europeos FEDER.
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