
Soy consciente de que me meto en un incómodo charco, pero allá voy: ese lindo gatito al que usted cree salvar la vida dejándole un platillo de leche sobre la acera, unas sardinas o los restos de su comida es un depredador implacable. Seguramente le vendrá bien ese suplemento alimenticio, pero debe saber que completará su dieta con presas vivas, preferentemente pájaros. Nada que reprocharle. Los gatos asilvestrados obedecen su instinto cazador. Cumplen con su obligación salvaje. Solo que la proliferación en los entornos urbanos de estos felinos (en principio domésticos, pero cimarrones de facto) los ha convertido en la segunda amenaza para la biodiversidad, solo por detrás del hombre.
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Esto es bien conocido, no estoy descubriendo América, pero me ha parecido oportuno recordarlo después de leer una nota de prensa del Ayuntamiento de Alcantarilla, publicada por LA VERDAD, en la que se informa sobre la instalación de unas casetas para albergar a los gatos callejeros en ese municipio (lo que ahora se conoce como colonias felinas). La nota afirma, textualmente: «Las colonias felinas controladas contribuyen a mantener las calles de la ciudad libres de plagas de roedores, aves, insectos y pequeños reptiles. Siempre que estén controladas y debidamente atendidas no suponen ningún peligro para la salud de los vecinos».
Desconozco qué plagas de aves sufren los vecinos de Alcantarilla que hacen necesaria la intervención de gatos cazadores, ni qué pequeños reptiles es urgente eliminar de sus calles. Tampoco sé exactamente a qué se refiere el gabinete de prensa municipal con un exceso de insectos. Sí está demostrado, con estudios científicos, que las aves comunes van a menos, por ejemplo los gorriones, diezmados por numerosas causas que sería prolijo enumerar aquí, pero entre ellas están los gatos asilvestrados.
También es de cajón que necesitamos una biodiversidad en buen estado, también en los entornos urbanos, para que aves y murciélagos (vaya, otra víctima frecuente de los lindos gatitos) mantengan a raya a los insectos (que también los necesitamos, por cierto).
Y en cuanto a los roedores, ¿no será más lógico que sean los servicios municipales de limpieza urbana los responsables de acabar con ellos? Por cierto, hay informes que relativizan la eficacia de las colonias felinas contra ratas y ratones (al final del artículo enlazo documentación).
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«El impacto de los gatos sobre la biodiversidad, aunque perfectamente descrito en la literatura científica, no parece haber llegado a la población en general», se lamenta Jorge Sánchez, biólogo de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). Este impacto, advierte, «no lo causan solo los gatos callejeros (ferales en el argot de gatófilos) sino que es extensible a lo que los anglosajones denominan 'free-ranging cat', es decir, gatos que tienen libertad de movimientos», a pesar de contar con casa y dueño. Entre unos y otros se estima que solo en Estados Unidos acaban cada año con entre 1.300 y 4.000 millones de pájaros y entre 6.300 y 22.300 millones de mamíferos, de acuerdo con una investigación publicada en 'Nature' en enero de 2013, donde además se concluye que estos felinos son la principal fuente de mortalidad no natural de fauna.
«El gato es quizá la especie más dañina que existe para la biodiversidad. Conservan su instinto cazador; aunque vivan acomodados en un sofá y les den pienso, en cuanto salen fuera matan de todo: reptiles, anfibios, pájaros, murciélagos... los animales silvestres huyen cuando aparece porque se sienten presionados», explica contundente un especialista tan comprometido con la causa de la naturaleza como Rubén Vives, exsecretario de Ecologistas en Acción en la Región de Murcia. El coordinador técnico del proyecto sobre especies invasoras Life+ Ripisilvanatura, Jaime Fraile, corrobora el diagnóstico. «Si el gato no figura en el 'Catálogo español de especies exóticas invasoras' es porque está aquí desde tiempo inmemorial, pero sí aparece en el listado de las cien más dañinas del mundo», aclara.
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Los tres testimonios contenidos en los dos últimos párrafos provienen del estupendo reportaje 'El reverso oscuro del gato', publicado por mi compañero Ginés Soriano en Nuestra Tierra (todos los martes en LV, no os lo perdáis).
El Ayuntamiento de Alcantarilla informa también de que 35 voluntarios gestionan las colonias felinas y que es posible incorporarse a este equipo contactando con la Agencia de Desarrollo Local en el teléfono 968 89 50 56 o enviando un correo electrónico a lourdes.colina@ayto-alcantarilla.es. También aclara que a los gatos se les proporcionan alimentos, asistencia veterinaria, vacunación y desparasitación, pero ni una palabra sobre la posible esterilización de los felinos, el método de gestión de estas colonias más aceptado, aunque tiene detractores en algunos colectivos animalistas.
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Los gatos me encantan, por supuesto.
+ info
'El reverso oscuro del gato' (Nuestra Tierra, suplemento semanal de LA VERDAD)
Los gatos domésticos mataron a los 232 animales de esta foto en solo un año (National Geographic)
Puntualizaciones de la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC) a la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato Animal (Avatma).
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