La cementera lorquina
Hemeroteca de laverdad.es (1903-2020)
Durante décadas sobresalía en el paisaje urbano de Lorca la mastodóntica fábrica de cementos, en la salida de la carretera a Caravaca. Inaugurada el 8 de julio de 1967, fue puesta en marcha en pleno desarrollismo por el grupo empresarial Alba, con una producción inicial de cerca de 400.000 toneladas al año, como informó LA VERDAD en la jornada siguiente. Un acto de puesta de largo al que asistieron dos ministros, el de Industria, Gregorio Pérez Bravo; y el de Marina, Pedro Nieto, entre otras autoridades.
La inversión en las instalaciones ascendió en su momento sobre los 800 millones de las antiguas pesetas. Se trataba de 200 millones más de los que se preveían cuando dos años antes –el 14 de marzo de 1965– se puso la primera piedra del proyecto. Un acto del que también dio cuenta el periódico, e informó de que se pretendía abastecer de materia prima «a precio razonable y en abundancia» a las provincias de Murcia y Alicante. También se anunció la creación de 250 empleos fijos, que irían ampliándose con el paso de los años.
Sin embargo, la evolución de la demanda, la mayor competencia, fue transformando el sector, afectando de lleno a la planta a raíz de la crisis de 2008, hasta acabar forzando el cierre por su último propietario, la multinacional Holcim, que le puso la puntilla definitiva a la fábrica en 2013.
Este centro de producción de cemento, que llegó a ser pionero en España en el uso de combustibles alternativos –por los que apostó desde 1991– se convirtió en un gran dinamizador económico para Lorca. En la actualidad, sobre esos terrenos se levanta la planta cárnica de La Comarca, otra empresa que aspira a seguir creciendo.
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