Pablo Gómez-Lechón y Victoria Falomir muestran varios modelos de sus zapatos en la Marina de Valencia. Juanjo Monzó

Los dos jóvenes españoles que están detrás de los zapatos de moda entre los famosos

Dos valencianos de 24 años arrasan con unos mocasines diseñados por el hijo de Sarkozy. Se inspiran en personajes históricos y los promocionan famosos intelectuales

FERNANDO MIÑANA

Lunes, 27 de mayo 2019, 12:18

Nunca pensaron que esos zapatos de colores podían llevarles tan lejos. Que ese calzado acabaría pisando la Quinta Avenida o Rodeo Drive. Que darían un puntapié en la portada del 'New York Times'. Que aquellos 'driving shoes' que puso de moda el coqueto magnate de los coches Gianni Agnelli décadas atrás les convertirían, a ellos, Victoria Falomir y Pablo Gómez-Lechón, dos pimpollos de 24 años, en los creadores de una marca de calzado, Boonper, que se está poniendo de moda en España y Estados Unidos.

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Victoria y Pablo se conocieron en la universidad. Ambos estudiaron ADE (Administración y Dirección de Empresas) en Valencia. Allí congeniaron. Tenían gustos parecidos, les fascinaba la moda y sentían la inquietud que aguijonea a todo emprendedor. A menudo fantaseaban con la idea de crear una empresa juntos. De allí saltaron a EDEM, la escuela de empresarios, sin ánimo de lucro, que creó Juan Roig, el dueño de Mercadona, y después se impulsaron desde el trampolín que también auspicia el potentado valenciano, el proyecto Lanzadera, que da soporte a jóvenes emprendedores.

Propulsados por Lanzadera, Victoria y Pablo materializaron Boonper, su marca, un nombre al azar, sin significado, con la única intención de que sonara bien y tuviera un toque internacional, para comercializar su versión de los 'driving shoes'. «Partimos de cero», recuerda Victoria Falomir, que acude a la sesión de fotos calzando un par naranja de la línea original. Pablo le acompaña con unos grises. Se quitan las gafas, se atusan el pelo y no ceden ante la petición del fotógrafo de colocarse en una postura que no les convence. Tienen las ideas claras. Desde el principio. «Queríamos reinventar estos zapatos y hacerlos diferentes», explica Victoria en los pantalanes de la Marina de Valencia, donde amarró durante unos años la Copa América de vela y donde ahora se erigen, regios, los edificios de EDEM y Lanzadera bajo un mismo paraguas: la Marina de las Empresas.

Los socios valencianos -ella nació en Castellón- encontraron en Almansa una empresa familiar -no quieren desvelar cuál- que consideraron la ideal para fabricar sus zapatos manufacturados. Allí, en la provincia de Albacete, veinticinco personas trabajan con mimo la piel que traen de otros puntos de España y de Italia. Con los primeros mocasines en la mano, pensaron: ¿Y ahora qué? No tenían una tienda física, ni querían, así que comenzaron a tirar cebos por Instagram a personajes conocidos de todo el mundo. Muchos les ignoraron, pero, un día, uno les devolvió la pelota. «Louis Sarkozy nos escribió y nos propuso hacer una colección. Él no tenía nada que ver con la moda, pero comentó que llevaba tiempo dándole vueltas a juntar la moda con la filosofía».

No fue difícil ponerse de acuerdo y Louis ideó 'Enigma', una colección formada por cuatro modelos de mocasines inspirados en Marie Curie, Sigmund Freud, Thomas Jefferson y William Shakespeare. Cada par lleva un detalle alusivos a estos personajes históricos, la rúbrica de estos y una cita.

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DiCaprio y Katie Holmes

Louis Sarkozy es el hijo de Nicolas Sarkozy, el presidente de Francia entre 2007 y 2012. Louis era aquel niño de doce años vestido con traje y corbata, gafas de empollón y mueca aburrida -«Estaba deseando volver a casa y y jugar con la Xbox», confesó a 'Vanity Fair' años después- que apareció en las fotografías, sentado al lado de Carla Bruni, escuchando el discurso que pronunció su progenitor el 23 de septiembre de 2009 en la Asamblea General de la ONU.

Sarko Junior, como ha llamado a su cuenta de Instagram, es hijo de Cécilia Attias, la segunda mujer de Nicolas Sarkozy, de quien se divorció a los siete meses de ser elegido presidente del Elíseo. El mandamás acabó con la cantante y modelo Carla Bruni y ella se marchó a Dubái con su hijo y Richard Attias, un asesor de su exmarido. Ocho meses después se instalaron en Nueva York, donde aún sigue Louis, que hoy tiene 22 años, vive con sus perros en un apartamento en Manhattan, cerca de Gramercy Park, y estudia Filosofía y Religión de manera vocacional y apasionada.

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Este filósofo en ciernes maneja excelentes contactos -el día que cumplió 11 años, su madre lo llevó a la Casa Blanca a conocer a Barack Obama- y su firma en los Boonper ha multiplicado la popularidad y la difusión de estos mocasines que ya han lucido Leonardo DiCaprio -Victoria y Pablo contactaron con su representante y poco después el actor les hizo un pedido, un par del modelo 'Salsa', de color verde oliva- o Katie Holmes. Sarkozy también le propuso al periodista y fotógrafo Nicolas Niarchos, hijo de la diseñadora de moda Daphne Guinness, retratar a cuatro intelectuales vestidos con sus zapatos: el arquitecto Robert A. M. Stern, el novelista Joshua Cohen, el filósofo Zachary R. Woods y el psicólogo experimental Steven Pinker, que adora las botas camperas pero accedió a calzarse los mucho más refinados Sigmund Freud.

Los precios oscilan entre los 120 euros de la primera línea, que lanzaron hace dos años y medio, y los 320, el modelo más caro de 'Enigma by Louis Sarkozy', la colección que salió al mercado hace solo un mes. Boonper solo vende por internet, aunque sus jóvenes propietarios ya están barajando «distribuirlos en tiendas multimarca». Del mismo modo que este éxito repentino parece haber agitado su espíritu emprendedor. «Ya estamos pensando en futuros colaboradores y en nuevos productos, aunque aún no queremos decir cuáles», se escabulle Victoria.

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Esta pareja de jóvenes empresarios inició su relación con Sarkozy por correo electrónico, pero ya han tenido la oportunidad de coincidir cara a cara con él. Tanto en París, adonde viaja periódicamente para visitar a su familia -le gusta ir a ver al Paris Saint-Germain con sus hermanos: tiene dos de la primera mujer de su padre, dos del primer matrimonio de su madre, además de la hija de Carla Bruni y la de Richard Attias-, como en Nueva York. «Teníamos muchas ganas de conocerle y la verdad es que es muy simpático», advierte Victoria.

La gratitud de estos jóvenes hacia Juan Roig es enorme. Su proyecto para emprendedores les facilitó formación, orientación, apoyo económico y hasta una oficina. «Le estamos muy agradecidos», explica Victoria Falomir. Porque Boonper sigue en el edificio de Lanzadera. Desde allí mandan todos los envíos y y realizan sus encargos a la fábrica de Almansa. «Lo primero que les pedimos es un par de muestras para hacer nuestros procesos de calidad. En el caso de 'Enigma', además, se lo enviamos a Louis Sarkozy y él da la última opinión. Así que, al final, el proceso completo de confección de un par de zapatos dura de dos a tres meses». La moda hecha artesanía.

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