Demanda a una cadena de ropa al encontrar un ratón muerto cosido a su vestido

Todo ocurrió en julio en Connecticut, en la localidad de Greenwich. La protagonista es Cailey Fiesel, de 24 años y todo lo que hizo fue comprar dos vestidos en una popular tienda de ropa a la que acudía con relativa frecuencia. Un detalle más sin importancia alguna en su particular rutina de vida. Otro día cualquiera decidió estrenar uno de ellos para acudir al trabajo. Sin embargo, notó algo peculiar: el olor.

Decidió no darle importancia. ¿Quién está a las 7 y mucho de la mañana presto a indagar en la clase de olores que desprende qué mientras se le hace tarde para entrar a trabajar? Lo lógico es terminar de arreglarse rápidamente y salir 'disparado' a enfrentar otra rutinaria jornada laboral. Y eso hizo. Pero el día fue avanzando y el olor se hizo más molesto y más identificable: olía a algo pútrido. Mientras indagaba reparó en que algo parecía rozarle la pierna, mientras pasaba la mano por su vestido recién estrenado no asoció que ambos estímulos (el olor pútrido y el tacto extraño en la pierna) podían tener la misma causa.

Mientras palpaba su vestido, pensando que había alguna cuerda suelta o algún tipo de error en el cosido, tocó algo que no quiso creer. Salió dispara de inmediato al baño, se quitó al vestido y le dio la vuelta para observar el dobladillo y comprender con horror que no había sido su imaginación: efectivamente acababa de tocar la pata de un ratón muerto.

En una entrevista concedida al 'New York Post', Cailey afirma que ya ha demandado a la empresa responsable e incluso acredita dicha demanda con los documentos oficiales pertinentes. Además de diagnósticos médicos que probarían que ha sufrido enfermedades de la piel causadas por el contacto con roedores.

El portal TMZ, por su parte, recoge el testimonio de un portavoz de la firma y asegura que «están al tanto de la demanda e investigando el asunto» y que hasta ahora lo único que puede hacer es «recordar que nuestra empresa sigue estrictas políticas de salud y seguridad».