C. García
Jueves, 3 de noviembre 2016, 13:10
La Policía que patrullaba por las calles de Kuala Lumpur, Malasia, hace unos días, se encontraron con una pequeña de ocho años encadenada a una farola, con el uniforme escolar y chupándose el dedo. Al preguntar a la niña, les contestó que su madre la había dejado allí como castigo.
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Según informa el Daily Mail, la madre tuvo la idea de encadenar a su hija a una farola de la ciudad como castigo por no haber ido a una clase de chino mandarín que tenía la pequeña.
La niña debió aprender la lección; contó la historia con lágrimas en los ojos a la Policía y les anunció que su madre no tardaría en volver. Los agentes se quedaron con ella y diez minutos después llegó su madre, quien confirmó la historia.
A pesar de ello, la Policía se llevó a madre e hija a la comisaría para contrastar sus declaraciones. Tras comprobar que era la primera vez que ocurría un hecho similar, dejaron que ambas regresaran juntas a casa. Los agentes explicaron a la mujer los peligros de exponer a su hija en la calle y le pidieron que no volviera a ocurrir.
No se sabe con exactitud el tiempo que estuvo la niña encadenada a la farola, por ello, la Policía investiga los hechos. La madre podría recibir una denuncia por negligencia y exposición de un menor a lesiones físicas.
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