C. García
Lunes, 24 de octubre 2016, 01:16
Google homenajea hoy a un personaje histórico cuya vida y reconocimientos destacan por lo original. Antoni Van Leeuwenhoek fue un reconocido científico neerlandés, sin embargo, jamás estudio en ninguna universidad ni tuvo estudios específicos sobre ciencia; simplemente, curioseaba con la ciencia, lo le llevó a hacer descubrimientos.
Publicidad
Dicen que lo más importante para llegar lejos en la ciencia es la curiosidad y preguntarse cosas. Antoni Van Leeuwenhoek lo hizo y toda su vida estuvo intrigado en las células y los pequeños organismos que habitan en todos los cuerpos. Su historia se empezó a contar un 24 de octubre de 1632, hijo de comerciantes, tenía su destino en la vida escrito. La muerte se cruzó en su vida en muchas ocasiones y se llevó por delante a muchos de sus seres queridos: su padre, su madre, cuatro de sus hijos y sus dos esposas.
Antoni Van Leeuwenhoek empezó su carrera profesional tras la muerte de su padre. Fue él quien se encargó del comercio de telas que tenía su progenitor y fue con este empleo donde hizo su primer microscopio casero: con una lupa que le ayudaba a ver con más precisión los tejidos. El negocio le fue bien pues según la información que se ha extraído de sus cartas, parecía estar acaudalado. A partir de 1679, empezó a tener otros puestos más considerados y tenía más tiempo para la biología, su gran pasión.
A ella dedicó gran parte de su vida y consiguió hacer grandes descubrimientos. Construía sus propios microscopias con lupas y lentes de aumento muy potentes. Algunas de ellas llegaban a aumentar hasta 200 veces un organismo. Así fue como Antoni Van Leeuwenhoek se metió en los cuerpos de muchos insectos, telas, el moho, una tela de araña. Todo lo que veía lo describía y se lo mandaba a la Royal Society.
Un buen día, Antoni Van Leeuwenhoek debió poner en su telescopio una muestra de esperma y descubrió movimiento en él. Eran los espermatozoides, un organismo que todavía no se había descubierto y cuya existencia echaba por tierra otras teorías de la reproducción.
Publicidad
Además de los espermatozoides, también estudió los protozoos y se dice que Antoni Van Leeuwenhoek fue la primera persona que pudo ver con su microscopio a bacterias y otros microorganismos. Todas esas experiencias que enviaba a la Royal Society se guardaron y se estudiaron más tarde. Antes de su muerte, Antoni Van Leeuwenhoek no era consciente de todo lo que había aportado a la ciencia. Casi 200 años después, se creó el premio de la Medalla Leeuwenhoek que cada diez años reconoce el papel del mejor científico en microbiología.
Primer mes por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.