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f. olmos
Miércoles, 28 de septiembre 2016, 10:20
Los funcionarios del aeropuerto austríaco de Graz que han detenido a una mujer marroquí han debido pasar de la incredulidad al miedo y de ahí al horror. En un comportamiento más propio de una película de Hannibal Lecter que del mundo real, la viuda portaba los intestinos de su recientemente fallecido marido en la maleta con la que bajaba del avión.
Ante tal nauseabundo hallazgo la cantidad de policías que se congregó a su alrededor fue espectacular, según narran algunos testigos en las redes sociales. Muchos creyeron que se trataba de una terrorista. Sin embargo, para los policías y funcionarios que la rodeaban, podía ser incluso peor; ¿era una asesina? ¿una caníbal? ¿tenía algún tipo de trastorno psiquíatrico? La respuesta de la señora les dejó patidifusos:
Su marido, antiguo dueño de los intestinos, había muerto durante una operación en Marruecos y ella sospechaba que había sido envenenado. La identidad de la viuda o del fallecido no han trascendido, pero es de suponer que eran lo suficientemente ricos y/o importantes como para que el relato de la señora tuviera credibilidad, pues la policía la escoltó hasta un médico.
Sin embargo el forense no pudo realizar un examen toxicológico concluyente porque «para eso necesitaba el cuerpo completo». Según el medio local 'Kleine Zeitung', la policía determinó que la mujer no había violado ninguna ley (el marido ya estaba muerto) y la dejó en libertad. En su informe a los medios describieron a los intestinos como «cuidadosamente envueltos en dos bolsas de plástico».
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