JULIA FERNÁNDEZ
Lunes, 23 de mayo 2016, 11:06
Los niños de la foto principal reciben ufanos los aplausos del público. Acaban de terminar la función que llevaban meses preparando. El auditorio les agasaja con vítores y palmas que engrosan su ego infantil y les dan alas para soñar. Soñar con que, quizá, se conviertan en actores, bailarines, cantantes, directores, dramaturgos... Una azafata reparte ramos de flores entre las figuras principales. Alguna lágrima tímida surfea sus rostros.
Publicidad
Cualquiera diría que es el retrato de la más pura felicidad infantil. Pero en Corea del Norte, donde se ha tomado la imagen, nada es lo que parece. Es habitual que se quede fuera de foco lo realmente importante. Los críos que agradecen el cariño son en realidad figurantes de una vida perfecta que el país ha querido venderles a los 130 periodistas que se acreditaron para acudir hace una semana al Congreso del Partido de los Trabajadores, el único que hay en la nación, un acontecimiento «casi sagrado» que no se celebraba desde 1980.
Un día antes de que comenzara, el Gobierno reunió a los reporteros, todos extranjeros, en el Palacio de los Niños de Mangyongdae, en el centro de Pyongyang, donde los colegiales reciben clases extraescolares durante todo el año. La gala en la que actuaron los pequeños duró dos horas. Hubo de todo: teatro, danza, música... Y no faltó, claro, la alabanza a King Jong-un, el caudillo que maneja Corea del Norte a su antojo desde que en 2011 heredara el liderazgo de su padre, King Jong-il, y al que la prensa oficial llama el «Gran Sol del Siglo XXI».
La megalomanía de este joven de 33 años educado en los mejores colegios de Suiza no tiene límites y lo acaba de demostrar una vez más durante esta convención. Festivales infantiles, desfiles militares, edificios forrados en banderas del tejado al suelo, discursos ampulosos... La maquinaria de la propaganda del régimen ha explotado todos los recursos posibles para vender una imagen más propia de los mundos de Yupi que de un lugar donde los ciudadanos pueden votar, pero solo tienen una papeleta para meter en el sobre.
Sin fiesta por la boda
El Congreso ha sido el triunfo de su líder, que se ha creado un puesto exprofeso en la cúpula de la formación: además de primer secretario es su presidente... Y también la ruina de su pueblo, advierten los opositores y algunas organizaciones pro derechos humanos. Human Right Watch (HRW) no lo ha podido decir más claro: «Este evento ha sido posible gracias a los trabajos forzados a los que Kim Jong-un somete a diario a miles de norcoreanos». Los colaboradores del 'Joven General' lo llama de un modo menos doloroso: «La campaña de los 70 días».
Publicidad
Durante esas diez semanas, los ciudadanos han tenido que emplearse a fondo para sacar adelante las tareas que se les confiaron con el único objetivo de que el congreso fuera una asamblea para el recuerdo y no solo para la historia. «A gente de todo el país se le ordenó demostrar su lealtad hacia Kim y el partido a través de un incremento de los trabajos forzados para producir más bienes y cultivos con los que cubrir los costes de la cita», explica HRW.
El régimen no esconde que sus súbditos se han empleado a fondo, pero lejos de verlo como una desgracia, se pavonean de esa pareja de campesinos del norte que renunció al banquete de boda para seguir con la cosecha. O de esa agente de seguridad de Kangwon que acudió a su puesto de trabajo al día siguiente de enterrar a su marido. Otros han esquilmado sus ahorros para contribuir con la causa y apoquinar entre 43 y 175 euros, una fortuna cuando el sueldo medio de un funcionario es de 15 euros al mes... Y todo por su 'devoción' al régimen. La lluvia fue la única que se atrevió a desafiar al 'Brillante Camarada', aunque de ella no hablen las crónicas. También se quedó fuera de foco.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.