Sara Ingle, sin disfrazar, y a la derecha con el traje de La Sirenita.

Una chica se gasta más de 12.000 euros en parecerse a las princesas Disney

«Nací con los ojos muy grandes y la gente siem

la verdad

Miércoles, 10 de febrero 2016, 14:11

En tiempo de carnavales muchas personas quieren parecerse a sus personajes preferidos. Y es una gran verdad que las más pequeñas de la casa siempre han querido, y quieren, disfrazarse y ponerse por un día en la piel de sus princesas Disney preferidas. Existe una persona en el mundo, que ha llevado esa obsesión de la infancia hacia otro nivel.

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Su nombre es Sara Ingle, y es una chica 25 años de Denver, Colorado, que se ha gastado más de 14.000 dólares (en euros alrededor de 13.000 ) para transformarse en varias de las protagonistas de las películas de Disney. Cenicienta, Blancanieves, Bella, Ariel, Rapunzel... incluso en las últimas adquisiciones de la factoría como Mérida de 'Brave' o Elsa y Anna de 'Frozen'.

Tal como publica la revista 'Cosmopolitan', esta joven estadounidense, que trabaja además como directora de marketing, posee hasta 17 trajes diferentes y 16 pelucas para conseguir transformarse en todas estas princesas. Además, cuenta que solo para ponerse los trajes y maquillarse puede tardar tres horas y que parra cada princesa tiene una peluca diferente y un tipo de maquillaje. En diversas ocasiones, tiene que ponerse también lentillas, porque ella tiene los ojos marrones, y La Sirenita o Elsa de 'Frozen' los tienen azules.

Cada vestido puede llevar hacerlo como unos seis meses, y luego tiene que encontrar los materiales para hacerlo. A veces incluso ha tenido que viajar para encontrar una tela concreta.Esta imitadora de princesas Disney dice sentirse muy afortunada por tener un trabajo a tiempo completo que le paga lo suficiente para poder costearse la creación de estos bonitos vestidos.

Sin embargo, hay algo natural en los disfraces de Sarah Ingle: sus ojos. «Nací con los ojos muy grandes y la gente siempre me ha dicho que parezco un dibujo animado, o una princesa Disney. Entonces supuse que mis enormes ojos me han ayudado a aparecerme más a los personajes de animación, algo que es genial para lo que me dedico», explica Sarah.

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Como vio que le empezaba a ir bien con sus 'tranformaciones', por lo que comenzó junto a su novio -el príncipe- un negocio llamado 'Princess Ever After', donde la gente puede contratar las princesas para diversos eventos de cumpleaños y fiestas para niños. Aunque lo que más le gusta es hacer visitas al hospital y hacer voluntariados, disfrazada de princesa, por supuesto.

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