Gran Hermano 16: Carlos e Ivy, desatados

Ahora que todo el mundo sabe que Carlos e Ivy son marido y mujer, la pareja puede actuar como tal y dedicarse todas las muestras de cariño que no habían podido estos días por guardar el secreto.

La dirección del programa ha pensado que para compensar los días que han estado separados, lo mejor era prepararles una cena íntima y romántica con motivo de su luna de miel. Y lo cierto es que la velada fue muy especial para ambos, ya que, como dijo Ivy, no habían tenido tiempo ni para hablar de su relación y reciente boda.

Tras la cena, que acompañaron con un buen vino, la concursante se tiró a los brazos de su novio, Carlos, y no pudo contener la pasión. Pero cuando estábamos a punto de ver algo más, Carlos le recordaba a su esposa la presencia de las cámaras, algo que les hizo replantearse muy seriamente ir al confesionario a pedir una hora de total y absoluta intimidad.

Mientras tanto, en la casa, las opiniones sobre lo que estaba pasando estaban muy divididas. Por un lado, Han y Aritz intentaban escuchar lo que estaba ocurriendo dentro de la habitación, e incluso miraron por dejajo de la puerta por si se veía algo; por otro, Raquel se quejaba de los privilegios que le estaban concediendo a la pareja y decía que vaya "vacaciones" se estaban pegando, pero, quizás, es porque le gustaría estar ahí con Suso.

Muchos no apuestan por esta relación y se atreven a decir que va a terminar muy mal, pero lo cierto, es que viendo las últimas imágenes de la pareja, lo próximo puede ser el ansiado "edredoning", un clásico de todas las ediciones de Gran Hermano.