Freidora de aire. Adobe Stock

Los tres errores más inesperados al usar la freidora de aire que perjudican el sabor de las comidas

Estos hábitos influyen directamente en la cocción y textura final de los alimentos

María Ramírez

Jueves, 13 de junio 2024, 12:35

La 'air fryer' se ha consolidado como un electrodoméstico indispensable en la cocina. Su popularidad no solo se acrecienta entre aquellos que optan por alternativas saludables, sino también entre los que buscan una vía expedita para preparar una receta. Su versatilidad se erige como una de las virtudes más apreciadas entre los consumidores, que recurren a este aparato para recrear desde simples aperitivos hasta platos refinados y selectos postres.

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El flujo homogéneo de aire caliente que atraviesa los alimentos permite que estos se preparen sin necesidad de sumergirlos en aceite. De este modo, se disminuye significativamente el aporte calórico y se reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares u otros problemas de salud que están relacionados con el consumo excesivo de grasas saturadas. A pesar de que su manejo resulta muy intuitivo, hay una serie de errores muy comunes que se deben evitar para sacar el máximo provecho de este aparato.

Errores más frecuentes

Una de las equivocaciones más frecuentes está vinculada con el uso del aceite. Hay que tener en cuenta que, aunque su aplicación no sea estrictamente necesaria, prescindir completamente de él puede resultar en una textura final poco crujiente e insípida. Por ello, se recomienda adquirir un pulverizador para rociar una mínima cantidad sobre el producto y evitar excesos. Esto ocurre especialmente con los fritos y rebozados, como los 'nuggets' o los calamares a la romana.

El segundo fallo radica en llenar completamente la cesta del electrodoméstico. Cuando no queda espacio entre los alimentos, el aire no fluye entre ellos, lo que deriva en cocciones desiguales. Por ello, es aconsejable no completar el cajón y aprovechar la rejilla para elevar los ingredientes por encima de la base. Esto permitirá una distribución uniforme del calor y, por consiguiente, un resultado óptimo.

Otra de las cuestiones que inciden en la elaboración es la temperatura. Es muy habitual cocinarlo todo a 200 grados, que es el máximo que permite este electrodoméstico. Sin embargo, aunque esto reduzca el tiempo de elaboración, también hay que saber que influye en el sabor. Por este motivo, la freidora está equipada con diversos modos de cocción adaptados a diferentes tipos de platos. Asimismo, se recomienda comprobar en el envase del producto la medida recomendada.

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