El estand de Salzillo, ubicado en la terraza de Región de Murcia Gastronómica, es esencial. Esencial por las mañanas, esencial después de comer para sortear la hora de la siesta y esencial en cualquier momento de la jornada.
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El expositor ofreció sus diferentes variedades de café. Una sinfonía de sabores y aromas que se adapta a diversos paladares. Sorbito a sorbito, se puede viajar a América. Concretamente a Huila, región del sur de Colombia; o a Tarrazú, en Costa Rica. Representando a África, café Moka Sidamo, de esta región al sur de Etiopía; también Masai AA, una variedad que se produce a las faldas del monte Kenia, en Kenia. El sabor de Papúa Nueva Guinea llega con un café de la plantación Sigri. Los que optaron por el descafeinado puedieron probar la variedad procedente de Copán, en Honduras.
Más allá de la variedad, el secreto de un buen café, como cuenta Rafael Abella, está en la mano del barista. «La elaboración lleva una serie de procesos que se deben de realizar con atención y delicadeza», explica. «Aunque las máquinas hoy en día nos ayudan mucho, todo es importante: la cantidad de granos que caen, cómo se prensa, cómo se eliminan los restos del café...». Todo un arte.
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