Buñuelos de viento

Echamos en un cazo el agua con la manequilla, el azúcar, la ralladura de medio limón y una pizca de sal y lo ponemos al fuego. Cuando comience a hervir añadimos la harina con la levadura y removemos hasta que la mezcla quede homogénea. Dejamos enfriar.

Cuando la mezcla esté tibia vamos añadiendo los huevos uno a uno sin dejar de remover, le añadimos también un chorrito de anís y mezclamos todo muy bien. Para que esta masa adquiera consistencia debemos dejarla reposar al menos dos horas antes de freír.

Transcurrido ese tiempo, ponemos una sartén al fuego con abundante aceite y cuando esté bien caliente vamos echando bolitas de masa con ayuda de dos cucharas soperas. Hay que tener en cuenta que la masa se inflará al freirla con lo que necesitará espacio.

Cuando los buñuelos estén dorados por ambos lados se sacan a una fuente con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Por último, hay que bañarlos en azúcar antes de que se enfríen para que ésta se quede adherida y... ¡a disfrutarlos!