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Comenzaremos por la difícil tarea de conseguir las algas, que de momento, son un producto poco comercializado. Lo mejor para este cometido es ponerse en contacto con alguna empresa de distribución de productos japoneses o preguntar en tiendas de dietética. Una vez en casa las algas se ponen a remojo durante media hora (hablamos de las desecadas). A continuación se escaldan (meter y sacar) en agua hirviendo, y se escurren. En una sartén caliente con tres cucharadas de aceite ponemos a pochar un ajo bien picado . Antes de que adquiera color, añadimos por este orden, los langostinos pelados, las huevas de los oricios y, finalmente, las algas. Salteamos todo durante un minuto a fuego fuerte, y al final añadimos el perejil picado. Para cuajar el revuelto propiamente dicho, cascamos los huevos en un bol, procurando no romper las yemas. Vertemos en la sartén y cuajamos poco a poco las claras. Cuando ya estén blancas, retiramos del fuego, rompemos las yemas y removemos todo hasta que quede con la consistencia que mas nos guste.
6 huevos
25 gr. de ulva rígida (lechugas de mar)
4 oricios
4 langostinos
perejil
aceite y sal
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