La sandía es la auténtica reina de un verano que dice adiós

Y en ese verano la hortaliza -que no fruta, ojo- que ha reinado es la 'Citrullus lanatus', la sandía, también llamada melón de agua. Se trata de una planta herbácea de ciclo anual, trepadora o rastrera que da un resultado gigantesco: generalmente más de 4 kilos, aunque el récord del mundo, logrado en un pueblo de la comunidad valenciana está en un sandión de... ¡84,5 kilos! Como para una boda ella solita. Aunque cada vez hay sandías en el mercado antes, su temporada va de mediados de primavera a octubre. Así que aún estamos a tiempo.

Esta oronda hortaliza es originaria del desierto de Kalahari, en África, aunque los primeros indicios de su cultivo se encontraron en Egipto, datados hace 3.500 años. De allí saltó al mediterráneo. Los árabes apreciaban la sandía, a la que achacaban poderes desintoxicantes. Durante el siglo X se introdujo en China donde alcanzó gran popularidad. Todavía hoy, en eventos especiales, se regala sandía como presente. Tras el accidental encuentro de don Cristóbal Colón con América, los europeos la introdujeron en este continente, donde se extendió rápidamente.

Aquí, en la Región de Murcia, al igual que en todo Al-Andalus, fue introducida por los árabes durante su dominación. De hecho su nombre procede del árabe: 'saniyya'. Hoy su cultivo se extiende por tierras de la Huerta de Murcia, el Valle del Guadalentín y el Campo de Cartagena , con una producción cercana a las 180.000 toneladas. La Regiónd de Murcia es la segunda provincia española en exportación de sandía, que supone un 18,7% del valor económico y un 18,45 de las toneladas a nivel nacional.

Pues hala, vamos al mercado a comprar sandía. Para empezar, esta tiene que ser firme y pesada y mostrar una mancha amarilla por debajo. Sí, como suena. Tradicionalmente se ha creído -craso error- que esa mancha era señal de que la pieza no estaba buena y es justamente lo contrario. Esa mancha es la que advierte de que la sandía está en su punto de maduración: perfecta de sabor, dulzor y de esta textura crujiente tan satisfactoria al morder. Otro método es golpearla con los nudillos. Tiene que sonar a hueca. y ojo, aquí el tamaño no importa. Las pequeñas no tienen por qué ser menos dulces que las grandes. Para su conservación en casa, lo mejor es la nevera. Claro que, con estas piezas, o hacemos obra en el frigorífico o las troceamos en varias partes y las conservamos bien envueltas en papel film.

Por cierto, solemos tirarlas, pero las pepitas son un tesoro nutricional... siempre que las desprendamos de su cáscara porque, si no, tal y como entran... salen. Ya me entienden. Siempre podemos tostarlas al horno para que queden crujientes o saltearlas a fuego vivo con unas gotas de aceite y usarlas en ensaladas, como guarnición en cremas o para dar un toque crujiente a un yogur.

Y ¿qué más podemos hacer con la sandía en la cocina? Pues un delicioso gazpacho mezclándola con el tomate; un refrescante granizado; marcarnos un 'tartar' cortándola en pequeños cubitos, mezclándola con semillas de tomate y aliñándolas con sal y aceite, o incluyéndola en multitud de ensaladas. Casa muy bien con quesos frescos o feta, con pistachos, con encurtidos... pero sobre todo, recuerden: en camiseta, a bocaos, dejando caer los churretes por las comisuras y debajo de una sombrilla.

Ingredientes: 6 tomates maduros (de rama o de pera); 1 pimiento verde italiano; 1/2 cebolleta 2 dientes de ajo; 1/8 de sandía; 4 cucharadas de aceite de oliva; 1 cucharada de vinagre de vino; Sal; Pimienta negra; Albahaca; Hierbabuena; Agua (si es necesario).

Cortamos en trozos seis tomates de rama o de pera, maduritos. Podemos pelarlos; pero si luego lo pasamos todo bien no será necesario. Lo ideal es pelarlos y quitarles el corazón, las semillas y el agua de vegetación. Cortamos también en trozos el pimiento verde, la media cebolleta, los dientes de ajo y la sandía. Lo ponemos todo en el vaso de la trituradora o batidora y le añadimos sal, pimienta negra, albahaca, el aceite, el vinagre y lo batimos bien. Si lo vamos viendo muy espeso podemos añadir un poco de agua. Una vez batido, lo pasaremos por el chino para hacerlo más fino todavía. Podemos servirlo con la guarnición propia de un gazpacho (jamón, cebolla, pimiento verde.... incluso huevo duro) o ya que estamos innovando, con unas brochetas a base de trozos de sandía, unas colitas de gamba fritas, y unas hojitas de hierbabuena, por ejemplo.

Una variación. Si en lugar de la sandía utilizamos 300-400 gramos de cerezas tendremos un estupendo gazpacho de cerezas. Pruebe en este caso a acompañarlo con un pellizco de huevas de trucha y verá qué maravilla de contraste dulce-salado.