Un punto de inflexión

Este 2023 es un punto de inflexión dejando atrás el nombre inicial del proyecto, Cota 45, para empezar una etapa y conceptos nuevos. Según explica el propio Ramiro, es el momento de una visión más identitaria, reflexiva y con vinos aún más personales con la nueva denominación Ramiro Ibáñez. Y también, como dice Blas Cerón, Ramiro ha supuesto un punto de inflexión en la historia del vino de Sánlucar de Barrameda y Jerez.

Este vino de pasto transparente representa bastante bien toda la filosofía de Ramiro, fruto de la incansable investigación, unida a una curiosidad apasionada y un talento inagotable para rescatar esa historia y recrear el estilo original de las manzanillas de Sanlúcar de Barrameda. Vinos hechos desde la viña.

Sumamente calizo, con una abrumadora mineralidad en su paso por boca. Contundente y delicadeza atlántica como pocos vinos. Un vino que realiza la vendimia de una forma manual, con racimos enteros y rendimientos de un 50% para pasar a la barrica de bota de manzanilla de 600 litros y se fermenta de manera espontánea, levaduras autóctonas, sin ningún tipo de control en la temperatura de la misma. El vino se envejece en la misma bota durante un periodo de ocho meses después del deslio del mes de febrero, haciendo una crianza bajo velo flor (crianza biológica) durante dos meses.

Este es un vino para tomar a una temperatura de 10 grados centígrados y maridar, sin dar muchas vueltas ni pensarlo mucho, con un arroz con morrillo de atún y gamba roja. Concretamente, el que preparan en El Camarote de la Martinique, en La Manga del Mar Menor.

Los coquineros son los nativos del Puerto de Santa María (Cádiz), coloquialmente hablando. Y este es un vino que rinde homenaje a ese trabajo en busca de coquinas. Un fino en rama que juega en el límite de la crianza biológica (bajo ese manto de levaduras, llamado velo flor) y fortificado como antiguamente hasta el 17% de graduación, máximo permitido por el consejo regulador. Un vino que juega en el límiete de lo legal. Una crianza media de 7 años por el sistema tradicional de soleras y criaderas bajo ese velo flor antes de ser embotellado. Un vino intenso y punzante pero complejo, con notas de albariza y aromas marinos con toques de avellanas. Un Palomino Fino en el paladar nos recuerda al mar y a frutos secos tostados. Para tomar a una temperatura de 8 grados con una hueva de mújol curada en Bullas, d.e La Bien Pagá (Murcia).