Joan Belda
Asesor y sumiller. Propietario de El Baret
Jueves, 13 de marzo 2025, 01:25
Desde hace años, el nombre de Giuseppe Quintarelli es un referente indiscutible en el escenario de la Valpolicella, representando, como solo él puede hacerlo, la ... quintaesencia más profunda y verdadera de un territorio que hoy es justamente reconocido como uno de los más prestigiosos de la viticultura italiana, capaz de producir vinos sencillamente extraordinarios, como ningún otro encontrado. En el valle del Negrar, en la región del Véneto (Verona), hay doce hectáreas de viñedos donde se cultivan las variedades autóctonas más importantes de la zona, como la corvina, el corvinone, la rondinella y la molinara, que producen una media de unas 50 mil botellas al año en cada temporada.
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Hablamos de una historia que comenzó a principios del siglo XX con Silvio Quintarelli, y que continuó, a partir de mediados de siglo, en nombre de la tradición y del máximo rigor en la calidad con el más joven de sus hijos, 'Bepi', hoy maestro indiscutible del amarone. Nacidos del más profundo respeto por la naturaleza y de una selección muy estricta de las uvas, los vinos Quintarelli son vinos con 'V' mayúscula, etiquetas que encarnan importantes habilidades ancestrales y una conciencia única, que año tras año se ponen en práctica, tanto entre las filas como en las técnicas de secado y las prácticas de bodega. También sorprenden por su gran vitalidad, que los predisponen a un envejecimiento muy largo, durante el cual mejoran enormemente, expresándose durante mucho tiempo incluso después de abrir la botella. Los vinos etiquetados con el nombre Quintarelli son sinónimo de tradición, pasión y alma de terroir en las colinas italianas de Verona. Vinos de calidad que únicamente son lanzados al mercado cuando están totalmente listos. Nunca antes.
Bodega: Giuseppe Quintarelli.
Variedad: Corvinone, rondinella y molinara.
Zona: Véneto (Italia).
Precio: 140 euros.
Este es el hermano pequeño de la familia Quintarelli, su amarone es de otra galaxia, igual que su precio, y cuesta cada euro, pero hoy nos vamos a centrar en un vino más popular, catado hace menos de una semana que me impactó por su relación precio-placer. Para poder denominarse así, las uvas deben provenir de los viñedos que se encuentran en las estribaciones de las montañas de la región del Véneto en el norte de Italia. Un lugar con fríos inviernos y calurosos veranos, que permiten obtener unas bayas de pequeña producción pero gran concentración. Agricultura respetuosa con el entorno y la vendimia es manual.
Cuando las uvas entran en bodega se prensan para pasar a macerar y fermentar durante tres ó cuatro días con levaduras autóctonas. Después el vino se trasiega y reposa en lías para empezar una segunda fermentación. Finalmente se deja en grandes barricas de roble eslavo a lo largo de 7 años. Quintarelli Valpolicella Classico Superiore es garantía de autenticidad, artesanía y calidad. Todo un legado que dejó Giuseppe Quintarelli y que su familia ha sabido mantener en este vino profundo y suave y elegante. Perfume de fruta roja fresca, grosellas y especias picantes con un toque amielado que ya indica su punto de vicio y placer, con muchas flores alpinas y fresco. En boca, una caricia, jugoso, tanino aterciopelado y elegante, una sinfonía de sabores, una textura seductora en paladar, una acidez que redondea el conjunto y un final muy largo. Perfecto para acompañar con caza, trufa o guisos potentes, así como un arroz de liebre o pichón.
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Bodega: Mayetería Sanluqueña.
Variedad: Palomino fino.
Zona: Cádiz.
Precio: 20 euros.
Uno de los muchos proyectos que forman parte de la revolución de los vinos en Cádiz. En este caso una palomino fino con muy poco alcohol elaborado por un mayeto. Los mayetos son personas que se dedican a otros oficios fuera de la enología y que dedican su tiempo libre a elaborar vinos. En este caso José Antonio García Gordillo, cuarta generación de mayetos, asesorado por el gran Ramiro Ibañez nos presenta su vino del pago Miraflores Alta, un vino delicado, ágil, fresco y crujiente. Baja graduación alcoholica, 10,5% y la intensidad de la tosca cerrada, una de las variantes de albariza, la magia de los suelos de Sanlúcar. Perfecto con aperitivos como quisquilla hervida, hueva y mojama o nuestra marinera, incluso con una ensalada de tomate Raff con bonito.
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