Airemar y el chato

Airemar te pilla al paso si vas para la zona del Mar Menor. Hazte el despistado y como el que va a poner gasolina, aparca y entra a ver el mostrador, porque además de bar y menús del día, vende carne fresca y embutidos para llevar, en donde el chato murciano, como digo, es el protagonista.

De hecho, es en Airemar donde se está luchando por conseguir la Denominación de Origen del cerdo, porque, como sabéis, hay muy pocos y es en Lorca (Reverte) y aquí en Airemar donde más labor se está haciendo para terminar de introducirlo en el mercado y, sobre todo, en extender su producción.

El caso es que si hacéis una cata de sobrasadas, si os centráis un poco en el sabor de la magra, los condimentos, la calidad del pimentón, etc, entenderéis que la de chato no tiene nada que envidiarle a las mallorquinas. Al igual que el jamón, que puede medirse con un ibérico sin tener que pedir permiso.

A mí me gusta mucho el tocino pintado de chato, la sobrasada restregada en una tostada de pan caliente, las acelgas fritas con sardinas saladas y, sobre todo, los chorizos a la brasa de este local. Siempre hay disponible un plato de cuchara como el estupendo estofado que pruebo y, aunque en mi caso la encuentro un poco pasada de punto, chuleta de chato a la brasa.

Buena carta de vinos y un simpático servicio en sala para que no falte de nada. Viva el chato.