En la mitología griega, Zeus, hijo de Rea y Cronos, para evitar ser devorado por su padre, fue escondido en la cueva del Monte Ida ... de la isla de Creta. Creció custodiado por Amaltea, la cabra-nodriza que le amamantó y cuidó. Un día, jugando, Zeus rompió el cuerno de la cabra. Ante el dolor de Amaltea, Zeus bendijo el cuerno y lo transformó en la famosa cornucopia: de 'cornu' (cuerno) y 'copia' (abundancia). Es el cuerno de la abundancia, símbolo de la buena fortuna. El cuerno, lleno de los más diversos alimentos, frutas, flores y monedas, representa prosperidad y felicidad para quien lo posea o lo reciba.

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Desde la antigua Grecia, la cornucopia figura en numerosas obras artísticas. Aunque se ha pintado y esculpido en todo tipo de situaciones, incluso en la heráldica, sin duda, el mayor mural del cuerno de la abundancia se encuentra en Holanda, en el mercado de Róterdam. El Markthal o 'sala del mercado' es un bellísimo e imponente edificio acristalado, en forma de herradura, de 40 metros de altura. En su fachada externa, las luces led, cambiantes, son un reclamo iluminando el atardecer y las horas nocturnas. En su cara interna, el cuerno de la abundancia se extiende imponente de un lado al otro y desde el suelo al techo cóncavo, envolvente y luminoso.

Esta cornucopia se perfila en un gigantesco mural digital de 2.800 metros cuadrados dónde se representan cereales, flores, frutas, hortalizas, huevos, legumbres, marisco, peces y verduras. Entre ellas, se distinguen ventanas que corresponden a los patios internos de los pisos habitados, ya que el majestuoso edificio acoge 228 viviendas. Así, mezclando arte, arquitectura y gastronomía, el mural creado por los artistas Arno Coenen e Iris Roskam, combina 4.000 piezas de cerámica de un colorido imposible, casi psicodélico, que derrocha vitalidad. De forma alegórica, esta vasta obra demuestra la fertilidad y generosidad de la naturaleza, que nos regala una variedad infinita de alimentos, y que, en respuesta, deberíamos cuidar y proteger aplicando políticas sostenibles.

El Markthal de Róterdam, de acceso gratuito, está en el centro histórico de la ciudad, cercano al famoso y más grande puerto de Europa, el Oude Haven, en la confluencia de los ríos Mosa y Rin. Al ser Róterdam un importante centro mundial de intercambio de mercancías, en un paralelismo gastronómico, en los restaurantes y tiendas especializadas del Markthal se degustan alimentos de todo el mundo. Los puestos del ágora central, a pie de calle, tienen comedores y terrazas en las azoteas con el fin de que, mientras se degustan los manjares, se disfrute del espectáculo sin igual de la bóveda. Asimismo, por las escaleras mecánicas se desciende al subsuelo, dónde la variedad de colores, olores y sabores de las selectas materias primas y culinarias de los supermercados y comercios nos transportan sensorial y mentalmente a cualquier parte del planeta.

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En el Markthal se combina la fascinación del arte y belleza de la colosal cornucopia con una gastronomía variada, saludable y excelente que alimenta el cuerpo y el espíritu.

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