Es posible que alguno de ustedes haya oído decir 'smórgaabord' y no tenga ni idea de lo que significa esa palabreja tan rara. Pues bien, es una mesa que se usa ahora en casi todo el mundo y a la que se conoce como mesa ... sueca, escandinava, noruega... Dicen que su traducción literal es 'mesa con pan y mantequilla', aunque hay muchas cosas más, porque la mesita presenta a veces más de cincuenta platos, de los que una tercera parte están preparados con arenque, manjar por el que se privan los escandinavos. Marinados, ahumados, combinados con mil y un alimentos...
Publicidad
Pero, aparte de este plato estelar, se les van a ir los ojos hacia otras muchas cosas ricas. Camarones, anguila ahumada, salmón con eneldo y ahumado, bolitas de carne y carne frita, ternera asada, patitas de cerdo en gelatina, reno ahumado, pasta de hígado, cándidas patatas hervidas, el lujoso caviar, ensaladas de lo más variado, huevos duros, remolacha y pepinillos marinados, distintos tipos de pan para acompañar y un gran surtido de quesos. La reina de los postres es la ensalada de frutas, en la que no faltan los exquisitos frutos rojos árticos. En estas mesas no puede faltar el ackuavit, un licor incoloro, que se obtiene de patatas y grano, y se aromatiza con alcaravea. Para los que no están acostumbrados es un subidón, así que hay que tomarlo con mucha precaución.
Antiguamente, se cubría la mesa, más bien ancha, con un rico mantel, pero ahora se colocan todos los platos sobre una mesa de madera muy pulida. Grandes fuentes de loza, redondas o cuadradas, con un diseño muy especial, o cazuelas de barro vidriado, o cuencos con decoraciones bellísimas. Y siempre cucharas y tenedores de madera, resabios de viejos tiempos vikingos, en que no podía uno fiarse del vecino. Dicen que fue a primeros del siglo XVI cuando se empezó a usar esta mesa en Suecia, y en sus comienzos los invitados empezaban con un picoteo de arenques, pan, queso y ackuavit; claro, que se ponían en una mesita aparte. Pero entre el ackuavit y las charlas, se enfriaban los alimentos calientes y, al fin, lo colocaron todo en la mesa grande.
La mesa casi desapareció en la II Guerra Mundial y en la posguerra de la misma, y es que, señores, la escasez de alimentos no permitía preparar tan suculentas y copiosas comidas. Con el tiempo, las cosas se fueron normalizando, y la smörgaabord hizo su triunfal reaparición. Además, la conservación en lata de algunos alimentos permitió y permite que los suecos desbordaran su fantasía, presentando cosas fuera de estación, y sirviendo algunas, como el caviar, en su propio envase abierto.
Publicidad
Lo que no pudieron ni imaginar aquellos primeros comensales del siglo XVI de la mesa sueca es que iba a llegar hasta nuestros tiempos esta especie de autoservicio, en que no hay que esperar a que los camareros, ni los siervos, te sirvan. Todo dispuesto y al alcance. Sin intermediarios.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.