Preparado emblemático en nuestras latitudes. Guiso de habas, preferentemente secas y remojadas para restituir su turgencia y acompañadas de chorizo, jamón, pimentón, laurel, ajo y en la versión genuinamente cartagenera patata e incluso sobrasada. La recomendación canónica es dejarlas en remojo toda una noche para ... guisarlas al día siguiente. Con ello se consigue acelerar el proceso de cocción.

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A partir de los ingredientes, varias cosas son evidentes sobre su origen. No olvidemos que la presencia de pimentón requiere sobrepasar la conquista de América, que fue la suministradora del preciado condimento. Por un lado, como legumbres secas, evidencian un origen remoto, que pudiera situarse en los comienzos de la era que sobrevino al paso de cazadores recolectores a agricultores. Desecar legumbres o semillas fue descubierto en los albores de la civilización en Sumeria o Mesopotamia, en torno a unos 10.000 años a. C.

Los romanos usaron esta técnica como recurso requerido por la logística alimentaria de las legiones, pero bien pudiera ser común en los pueblos que anteriormente se pudieron ver en tesituras de conquista o de defensa similares. Bien es sabido la lucha a brazo partido de Pitágoras, el sabio griego, cuya muerte se relaciona con las plantaciones de fabes, aunque no haya evidencias directas. El término 'michirón' no parece tener raíces latinas, como el de fabes. Hay que buscar otras evidencias. En general, el Mediterráneo come preparaciones culinarias parecidas y, por supuesto, no faltan los guisos de habas, incluso secas remojadas, como los michirones. En los países del Magreb los encontramos en referencia a un plato milenario egipcio, del que puede derivar la denominación de 'misrún', cuyo significado es 'pequeño egipcio'. Claro que la religión musulmana no contempla los ingredientes con los que se elabora en España, por cuanto de venir en las mochilas cartaginesas o árabes, no contendrían en origen los elementos procedentes del cerdo, que tipifican a la población cristiana medieval y rematada por la presencia del pimiento venido de América.

El origen de los michirones genuinos de Cartagena obedece a una bonita historia que sitúa a los ejércitos de la tercera guerra carlista, en torno a 1873, en el asedio de Estella, concretamente el batallón de Mendigorría. El cocinero carecía de ingredientes para alimentar a las tropas y localizó una reserva de habas secas dispuestas para alimentar a los caballos; para confeccionar un preparado aceptable, tomó algunas patatas, pocas, y confeccionó un guiso con algún resto de jamón, algunas hierbas como laurel y ajo, y logró salvar la situación. Al sublevarse Cartagena el 12 de julio de 1873, el Batallón de Cazadores de Mendigorría acudió a Cartagena desde Almansa. Pudo traer en la mochila la receta de los michirones, que otrora pusiera en vigor. La presencia de la patata delata que bien pudiera ser así. En Navarra permanecen los guisos de habas, aunque preferentemente frescas, lo que las limita a la temporada. En todo caso, fuente de vitaminas y minerales, fósforo, bueno para huesos, dientes o potasio para regular los fluidos corporales. Todo un acierto culinario, con su historia.

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