La comida líquida puede ser un reto al principio, pero con creatividad y cuidado en la selección de ingredientes, puede ser tanto nutritiva como satisfactoria. Las sopas claras y los caldos son opciones comunes. Pueden ser de vegetales, pollo o carne, siempre que sean colados ... o licuados para eliminar sólidos. Los batidos de frutas o vegetales son nutritivos y fáciles de consumir. Se pueden combinar con yogur o leche para aumentar su valor nutricional. Se recomienda que sean naturales y sin pulpa para facilitar su ingestión. Aunque no son líquidos, su consistencia suave los hace aptos para dietas líquidas. El café, té y otras bebidas deben consumirse con moderación evitando aquellos que puedan irritar el sistema digestivo o deshidratar.
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Es importante asegurar los nutrientes esenciales. Esto incluye proteínas, vitaminas, minerales y suficientes calorías. Puede ser necesario complementar con suplementos nutricionales si se mantiene durante un período prolongado. Las dietas líquidas se usan frecuentemente antes o después de cirugías, especialmente aquellas relacionadas con el tracto gastrointestinal o la boca. Son útiles en enfermedades que causan náuseas o dificultad para tragar.
El desafío culinario actual consiste en elaborar sus propias bebidas, experimentando con procesos de fermentación, maceración, destilación y otros, si se quiere, más audaces. El vino se ve en competición con nuevos maridajes, como kombuchas, vinos vegetales, chicha, tepache, kéfir, infusiones de flores y raíces, ratafía y un largo etcétera, fuera de los cánones usuales, aunque falta por ver si son más felices experiencias que la tradición gastronómica convencional. El Invernadero de Rodrigo de la Calle, en Madrid, y la factoría Roca elaboran sus bebidas propias, produciendo destilados, licores, vinos fortificados, fermentados de frutas y legumbres y cervezas, que, a título de autor, vienen configurando una oferta muy aceptada.
Un rasgo distintivo de estas culinarias líquidas es el bajo contenido en alcohol, un reclamo saludable que viene de que las bebidas convencionales se están situando en los límites permisivos saludables, cuando superan la graduación alcohólica que compromete el escaso metabolismo del alcohol en el organismo humano. Se anuncia una revolución de la cocina líquida como alternativa a los maridajes convencionales y hoy tradicionales. Si hablamos de creatividad, pues eso, por qué tienen que haber límites, cuando no los ha habido para llegar hasta aquí. Otra cosa es que estas probaturas, conjeturas, ensayos, lleguen a suponer una auténtica innovación. Eso solo está reservado para las grandes ideas, capaces de evidenciar que son mejores, más eficaces, más atractivas y más saludables que las practicadas hasta el momento en que aparece la oferta. Eso ya está reservado para que sea la sociedad quien otorgue el título y no queda en la iniciativa individual que lo intenta. Recordemos que las formas de comer y la estructura de la presentación de los menús, proviene de época árabe y no ha habido propuestas convincentes capaz de sustituirlas. Por cierto, aunque el alcohol estaba prohibido en la cultura musulmana, los árabes perfeccionaron la elaboración de una variedad de bebidas no alcohólicas, incluyendo infusiones y jugos de frutas.
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